sábado, 20 de diciembre de 2008

MONFORTE DEL CID Y ORITO


7. MONFORTE DEL CID Y ORITO

Por Ramón Fernández Palmeral



     7.- ORITO Y MONFORTE DEL CID 



   Ubicación geográfica

     Monforte del Cid está situado en la comarca del Medio Vinalopó, a 22 km de Alicante muy bien comunicado con la A-31, tiene una superficie de 79´23 km2. A 4km al Este de la población se encuentra la pedanía de Orito, importante centro de peregrinaciones en torno a la figura de San Pascual Bailón. Sus principales actividades comerciales son la industria del mármol y la uva de mesa. Posee un amplio un complejo industrial muy bien comunicado.
    El término municipal se halla dentro del valle excavado por el río Vinalopó y rodeado de sierras donde destacan la Sierra del Cid (1.103 m) y la de las Águilas (555 m).


    Historia
     Su nombre original era Nompot que luego pasó a ser Monfort (montaña fortificada). Hasta que a finales del s. XVII se castellanizó para ser llamada  Monforte, pero al coincidir con Monforte de Lemos (Lugo), se le añadió el apelativo “del Cid” a  principios de siglo XX. Es mi opinión que estas poblaciones por su similitud de nombres se deberían de hermanar. Lo de “el Cid”, se tomó  por la Sierra del Cid que se levanta en sus inmediaciones. Nada tiene que ser con el Cid Campeador, sino con la aledaña la sierra del Cid, que se encuentra al norte del término municipal. Es una villa Real. De origen es ibérico, en 1974 fue hallado un toro ibérico en un paraje cercano al río Vinalopó, a este hallazgo hay que unirle el de la Lápida Romana que demuestra también la existencia de una antigua ciudad romana en las proximidades del río (ambos restos se hallan expuestos en el Ayuntamiento).
    Tiene 5.864 habitantes en el censo de 2004, predomina el castellano. El genitivo es: monfortinos. En 1860, la población era de 3.786 habitantes, lo cual demuestra que la progresión no ha sido muy tan grande como en las otras grandes urbes del Vinalopó: Elda, Novelda o Petrer. Para más información histórica, turística y gastronómica, recomiendo visitar las páginas de  La  Isla de Interior:
     La alcaldesa es  doña   Antonia  Cervera Carrasco (PP). Este pueblo sacó tres concejales de Izquierda Unida y otros tres del PSOE, pero el PP tiene 7 concejales.


    Fiestas
   Por lo general es un pueblo festero y alegre, lo que demuestra su salud mental y económica. Las fiestas patronales se celebran del 5 al 9 de diciembre en honor a la patrona, la "Inmaculada Concepción". Coinciden Fiestas Patronales con Fiestas de Moros y Cristianos. Hay tres comparsas independientes: moro, cristiano y contrabandistas, desde 1968, desfilan independientemente, aunque la tradición los remonta al siglo XVI, donde se celebraban Alardos Festeros. La mujer se integró en 1947.
   La Romería de San Pascual se celebra  el día 17 de mayo, una  peregrinación que sale de Monforte y acaba en lo alto de la Sierra de las Águilas, en la Cueva de San Pascual, llegando a congregar hasta 100.000 personas.


                                               SINGLADURA


      Orito
      Salí de Alicante a las 9´30 horas del día 25  de marzo de 2006, por la A-31 dirección Madrid,  pasado el desvió para el Club de Golf Alenda, un campo de 18 hoyos,  y pasado el puerto de Portichol que ni es puerto ni nada que se le parezca porque tiene 300 metros de altitud sobre el mar de Alicante, y a  la derecha encontramos un cartel de señalización para salir hacia el "Santuario de Orito". Tomé el indicado desvió, pero nada más pasar el stop encontré un cartel a la derecha que indicaba la subida a la cueva, ¿qué cueva me pregunté? Ahora  me acababa de  enterar que por aquí había una cueva y yo imaginé una cueva como la de Nerja o del Drac o Aracena. Tomé la carretera a través de  una urbanización de duplex, creo que es Residencial Orito, tras sortear varias redondas tomé un camino forestal que llora porque lo arreglen de asfalto, hasta que nos ampara un trozo de  camino  recién asfaltado que viene de Orito, de buen firme nuevo. Ya desde abajo se veía sobre el cerro de las Águilas una escultura de gran tamaño y una edificación de piedras. Es punto geodésico.  Subía y subía por la insidiosa carretera de curvas entre pinos que juegan en las laderas inyectadas de hierbas silvestres: romero, cantueso, espliego... Me encontré a  tres peregrinas, devotas camineras, se pararon a mi paso y me miraron con ojos lastimeros.  La gran imagen se agiganta al aproximarnos a ella como una sombra alargada, mientras aparece y desaparece de nuestra vista por culpa de las curvas ligeramente inclinadas. Al final de la subida,  asombrosa se alzó ante mis ojos la gran imagen de un Santo de pie coronado sobre un pedestal que, por la mística visión, con el sol a la espalda que le corona de luz solar, me obligó a parar y a aparcar el coche en la cuneta. Salí del Nissan Almera  armado con mis dos  cámaras de fotos e inicié mi safari.    Mientras robaba imágenes, más que tomaba fotos llegaron intermitentes grupos de ciclistas sin aliento, unos llegaron primero alegres y otros después tronchados de fatigas y piernas rotas y el corazón en el manillar. El municipio monfortino  organiza además la: “Ciclo-ruta internacional ruta del mármol y la uva de mesa”.  Debajo de la imagen, en el pedestal poliédrico, leemos una leyenda que nos habla de su construcción por sus fieles devotos el 4 de mayo de 1997.sus autores son Pilar Mir y Ruaja. (Pilar Mir y Ruaja son  los mismos  que firman el monumento al trabajador de la piedra natural  en Algueña). Los escultores me causan mucho respeto y procuro anotar sus nombres.
    Los ciclistas subieron hasta las edificadas escaleras sobre la cúspide del rematado monte con el aspecto de una especie de ermita, allí dejaron las bicicletas amontonadas y ellos se sentaron en los escalones a tomar el agua de sus botes reconstituyentes e isotónicos. Desde arriba hice unas fotos panorámicas desde donde se pueden ver los cerros de El Cid, al Norte, las localidades de  Monforte, Elda, Novelda, Aspe, Monóvar, casi todo el valle del Vinalopó. Y al Sur Sierra de Foncalent y un trozo de Mediterráneo con la luz reflejada y destellante.
    Ya estoy en la llamada  Cueva de San Pascual.  Desde el Quemadero de Velones, desde aquí parte la ruta alicantina del Camino de Santiago, increíble pero cierto, lo indica un azulejo en la pared donde se ve una vieira dorada, símbolo de este camino medieval y santo. Hasta Santiago de Compostela (1.000 kilómetros). Cuanto entré a la ermita/cueva me quedé muy asombrado, admirado y culpable de mi ignorancia, el de que un alicantino  de adopción como un servidor,  que lleva  aquí desde el año 1990, dieciséis años en Alicante, todavía no había venido a mostrar sus respetos a  este paraje privilegiado paraje de silencio, de panorámicas estratégicas, privilegiado en paz viviente y tranquilidad espiritual. La edificación es de piedra vista, mimetizada con el paisaje árido, en juego complementario con el color de las tierras ocres y tierras siena y grises de gato persa, y  caminos que flagelan las lomas, elevado como una estación de esquí se alza la  ermita sobre la roca ocre, donde podemos ver el Quemadero de Valones (una especie de sala de exposiciones con fotos de San Pascual), que fue un fraile franciscano.
    Subí los últimos escalones, rodeado de ciclistas muertos, bajo un arco de medio punto se abre  la puerta con dovelas. El interior no es muy amplio, a la izquierda tenemos la pequeña cueva, una cueva iluminada por luz eléctrica, protegida por una verja, cuya puerta está abierta, en el interior abundan las macetas con vistosas plantas de florestas y macetas, algunas de interior como la hoja calada, de lirios y de un verde que se ponen a los pies del Santo, pequeño y modesto altar que se ve de bloques de cemento, y encima la imagen del Santo al tamaño natural de un mortal, con hábito de franciscano con el cordón del flagelo a la cintura y con la manos abierta en un esperado abrazo. Eché mi limosna secreta en el cepillo situado a la izquierda y  tomé un prospecto con el horario de las misas para los años 2005 y 2006 (una por mes), más  una pequeña biografía de San Pascual el humilde pastor de este valle ahora sin lágrimas que desde hoy veo que es sagrado, el sagrado valle  del Vinalopó, regado por el sudor del trabajo del hombre y el esfuerzo de las pesadas piedras de sus muchas historias.
    El prospecto muestra en la portada la imagen de San Pascual de Orito, se cuenta con cariño,  que San Pascual Bailón (Baylon) nació el 17 de mayo de 1540 y vivió cincuenta y dos años, hasta el  17 de mayo de 1592. Leo: “Procedente de Aragón llegó muy joven a estas tierras, pasó sus primeros años como pastor, conduciendo el rebaño de un vecino de Monforte, por los mismos caminos que recorremos hoy los peregrinos que cualquier lugares. Por eso, al detenernos en cualquier lugar de la montaña o de las sendas entre Monforte u Orito, podemos tener la casi seguridad de hacerlo en el mismo lugar que el santo. Tratemos de rezar con la misma fe que San Pascual…” Este santo también estuvo en Francia.
  
    Allí dentro de la sagrada ermita cueva, nido en el Cerro del Águila, en amada soledad que nos fortalece, dando rienda suelta a la imaginación espiritual de los ascetas y ermitaños, encontré a las tres mujeres peregrinas  sentadas, ya habían llega a pie calzado de zapatilla deportivas, al menos desde Orito. Las mismas que vi subir caminando. A una de ellas le pedí que me sacara una fotografía como testimonio de mi paso por este cerro cubierto de espiritualidad y reflexiva devoción. Luego bajé hasta un rellano, donde un jardinero, fuerte y con barba blanca oraba más que canturrear entonaba esas canciones propias de la comunión en la misa, era algo en gregoriano, por lo que me daba la sensación de que era algún religioso o beato pobre porque el coche que tenía era un Seat Marbella  celeste, de lo que ya no se ven. Al verle tan feliz, en aquel lugar de culto y misticismo me di cuenta que para ser feliz solo hay que dedicarse a cuidar plantas y a no desear grandezas
    -Buenos días,  ¡qué bien cuidado está todas las plantas!, a mí me gusta contemplar a los espinosos cactus, longevos, perennes, adaptados al medio hostil.
    -Sí es que los cactus tienes unas flores muy bonitas, todas las flores lo son pero estas lo son más si cabe porque son flores de un día.
    -Pues creo que hay por la Marina Alta un jardín botánico de cactus.
    -Sí, lo he oído, creo que es en Denia, -me dijo el jardinero, pero yo no le contesté porque no tenía certeza de ello.
    Aunque era un hombre de pocas palabras, que pronunciaba muy bien el castellano, no era un agricultor, sino que sentí, tuve la sensación de que era un hombre de Dios. Cuando le pregunté si venía mucha gente, me respondió que suelen contarse unas 4.000 personas al  mes. Luego confesé que viviendo yo en Alicante, ahí tan cerca, era la primera vez que venía. “Sí suele pasar mucha gente viene y se queda sombrada, pero lo que más vienen por aquí con gentes del valle del Vinalopó”. A la pregunta de cuándo se había construido todo aquel emporio, me respondió que sobre 1984.
       Bajé a Orito por donde había subido y llegué al Santuario de la Virgen de Orito, situado en una amplia plaza con una cruz en el centro, una cruz de piedra con floresta, debe tener su significado que yo no sé cuál es. Cerca de donde aparqué se ve un gran azulejo en la pared que anuncia La Senda de San Pascual. Allí hay un Albergue Juvenil del peregrino,  vi a un  grupo de niños que subían con gran escandalera para las habitaciones superiores a la voz de una cuidadora. La iglesia estaba cerrada, aunque a misa diaria las 8`30 horas.
   El  Santuario de Ntra. Sra. de Orito y de San Pascual fue erigida por los frailes franciscanos alcantarinos (San Pedro de Alcántara), sobre las ruinas de la ermita de la Natividad, a raíz del hallazgo de la diminuta imagen de la Virgen de Orito (42mm) en 1555. Tras este hecho se funda el Convento de Orito o de San Pascual en 1562, cuya construcción finalizó en 1607. Más tarde se incrementó la devoción popular al tomar los hábitos el humilde pastor al que hoy se venera como San Pascual Bailón, que tiene muchos devotos en Monforte.
   Cerca de la puerta del convento veo una hornacina con la figura de un bajorrelieve de piedra de  un pastorcillo arrodillado  ante Jesús Sacramento (un corazón iluminado). Este pastorcillo tiene una corona por lo tanto no puede ser otro que San Pascual arrodillado. Entré por una puerta bajo un frontón con escudo de piedras dos manos cruzados y una cruz también de piedra. El zaguán  es de los típicos de los conventos, tiene una campanilla para llamar, la decoración en la pared es la de un fresco en muy mal estado dos frailes custodian al busto de una Virgen en el centro, una Virgen Inmaculada de medio busto,  rodeada de una orla que dice en latín: "Damen ta eivs in his montibo santctis psalm 86..." La leyenda continúa pero no se puede leer porque se ha borrado.  Me hubiera gustado hablar con el hermano encargado de los archivos del convento de San Pascual ya que me consta que cuando desapareció el convento de los capuchinos  de Orihuela en 1980, en el barrio de Bariloche, se llevaron la Divina Pastora y documentos de  los archivos al Santuario de Orito.
    Acabada mi rápida vista bajé por unas escaleras al bar de Orito, habían llegado los moteros y los mismos  ciclistas que había subido  a la ermita cueva de San Pascual, y no entré al bar. Decidí dar por concluida la visita al Santuario de Orito, aunque  es lástima que no pueda saber más de este Santuario de Oritos, que merece sin duda una visita mucho más detenida.
  Salí de la pedanía de Orito y tomé el desvío de Espejeras, pensé que me encontraría una aldea, pero no, Espejeras son cuatro masías nuevas y un par de ellas muy viejas, muy interesante por un arco que tenía en una de las fachadas. Es zona de cultivo de las parras de uva embolsada no de vino sino de uvas de mesa.  Desde lo alto de una gran balsa se ve la localidad  Agost, a la protección de un cerro picudo de Sierra de Castellar. Luego tomé el camino de Monforte y dejé Agost para otros viajes.          





  
   Monforte del Cid


    En España existe otro Monforte, que es Monforte de Lemos, en (Galicia) Entré en la villa de  Monforte del Cid por debajo de la autovía la A-31, el pueblo de Monforte  del Cid  llanea en un plano a nivel del terreno, y sobre el único montículo se eleva la gran iglesia. Es una villa real. Villa valiente de ilustre nobleza.  A la entrada hay una rotonda ajardinada  en cuyo centro crece un monumento de bronce dedicado a la parra, una parra con  doradas racimos de uva porque este lugar es océano de vides célebres.  Debajo del cartel de Bienvenido de Monforte del Cid, se lee el eslogan: “Generosa tierra y doradas uvas”, parece un verso de Gabriel Miró. Paré ante la orden de un semáforo, continué el camino hasta  donde hallé un gran parque con altas palmeras, aparqué cerca de un jardín infantil.  El parque se ve nuevo, y desde su centro, como un meridiano cero del Vinalopó, se ve la cúpula grandiosa de la iglesia, alta como un castillo de la Reconquista, teatro de grandes y memorables hazañas, con la pila bautismal don de bautizó a Jorge Juan en 1713. 
     No sabía el nombre de la plaza, hasta que pregunté a un grupo de hombres de cierta edad, la edad madura del saber, que ocupaban los asientos a sotavento.
   Tenía que hacer mi REPORTAJE FOTOGRÁFICO, como uno de más de los testimonios.
  -Buenos días. ¿Cómo se llama este parque –pregunté a un hombre mayor?
  -Este parque de llama como la plaza, plaza del Progreso.
   -Se ve muy nuevo.
   -Bueno, tiene obra nueva, esto era antes el lavadero del pueblo, allí, donde estaban los chorros de agua    -me señala una fuente-  puede usted ver las piedras del lavadero, aunque antes, el lavadero y el chorro de agua está allí, más en el centro.
   -Usted no es de aquí.
   -No, yo soy periodista, y voy por los pueblos haciendo reportajes fotográficos. ¿Usted de qué quinta es? –Le pregunté al hombre-
  -Yo soy de la quinta del 45 y tengo 80 años. Aquí en este pueblo hay buenos mozos, ve usted aquel hombre de allí con el andador, pues ese hombre tienen 96 años. Hable con él y te contara muchos del pueblo porque tienen muy buena cabeza.
   Me acerqué hasta ponerme a la altura del hombre de 96 años, sentado junto a dos hombres más, tenía un andador a mano., porque según me dijo que había fracturado la cadera.
   -Me ha dicho que es usted uno de los más viejos de Monforte,  entonces, usted estuvo en la guerra civil.
  -Sí señor, yo tengo 96 años y estuve los tres años de la guerra en la Defensa de Madrid. De Monforte nos fuimos cuatro voluntarios, hijos de papá, gente de ideas... Estuve en Artillería con cañones  montados sobre ferrocarriles, mire la  foto de cuando yo estuve en la guerra. Luego, de Artillería me destinaron a Infantería.
    Y el hombre abrió la cartera y me enseñó una  foto diminuta donde se veían  tres soldados, entre ellos él. Si el hombre tenía 96 años como aseguraba, entonces debió nacer en 1910, el mismo año que el poeta Miguel Hernández, y le lancé la pregunta que se me vino a la cabeza porque lo importante no es preguntar sino la réplica.
   - ¿Pues, a lo mejor coincidió usted  en Madrid con Miguel Hernández?
   -No le conocí pero yo le puedo recitar de memoria poemas que escribí allí, y publiqué en una revista. Estuve en Guadarrama, pero el peor de todos los frentes fue el de Jarama.
   ¿Y usted como se llama?
   -Me llamo Francisco Limiñana, este apellido abunda mucho en Monforte. Porque aquí hay gente de todas partes, ese de ahí es de Baza y este –se refiera  a uno con boina, es gallegos, y ahora, como e han venidos muchos inmigrantes árabes. Cuando yo nací el pueblo tenía 3.000 habitantes y ahora tiene  7.000.
    La memoria de este hombre me asombraba, por su claridad y su lucidez de ideas, era una enciclopedia abierta, la historia oral de este pueblo. Lástima que no pudiera yo tener más tiempo para dedicarle, pero en el futuro tendré que venir otra vez, para hacerle una página web de la biografía  de este hombre.
   -Limiñana, se llamaba de segundo apellido don Álvaro Albornoz Limiñana, ministro de Gracia y Justicias en tiempos de la República, a lo mejor lo conocía usted
   -No, yo no conocí, a ese señor.
   -Pues a ver si un día vengo a Monforte y hablamos despacio –le dije, a lo que me respondió que cuando quisiera, y esto queda en pie.
     Y así fue como me despedí de don Francisco Limiñana, cuyo segundo apellido no recuerdo, pero todo se andará y no será difícil encontrarle en Monforte.

     Luego fui a tomar un refrigerio, allí mismo, y entré el bar Mayka, se asombró ser a tantos hombres jugando al dominó cinco mesas y una al parchís, claro que estos juegan al dinero, porque nadie juega al parchís por deporte. Este bar es como un Centro Socia de Monforte, porque  había casi unas 30 personas. Pedí al camarero una caña con un pincho de tortilla pagué 1.50 €, un verdadero  regalado. El camarero era un chico joven con gafas y perilla, eficiente. Una clienta, que estaba almorzando, le llamó Carlos. Había dos máquinas tragaperras con un  ludópata.
    Cuando salí del bar caminé por las calles  de la Cruz, Hernán Cortés, que está en obras y subí por una rampa hasta las  plazas (varias plazas) alrededor de la iglesia barroca  de Nuestra Señora de Las Nieves, a mí también me espanta esta grandeza, que se erigió sobre una antigua mezquita, situada sobre un promontorio, un emplazamiento que me recordaba a la iglesia de Hondón de las Nieves, también sobre un promontorio, lo cual la eleve y la alza, hasta los cielos con gran gloria y grandeza. La portada es del maestro cantero alicantino José Terol el Mayor. La torre campanario entre los siglos XIV al XVI, es de planta  rectangular, tiene dos pisos de altura con grandes ventanales, tres de sus lados se encuentran dentro de la propia iglesia parroquial.
     Durante varios años la Escuela Taller INEM Virgen de las Nieves ha realizado el proceso de restauración. Hay una placa, junto a la puerta de subida a la torre, que dice que fue con la ayuda de la Mancomunidad y Fondos Europeos, datado en abril de 1998. Desde la balconada de la plaza se dominan los barrios que fueron del arrabal de la morería del siglo XIV,  que ahora están en remodelación, y también se ve  el barrio cristiano.


    En una plazoleta que se llama de España, se emplaza el Ayuntamiento, remodelado, con gran valor histórico-arquitectónico, que,  aún  conserva la primitiva fachada con tres arcos de sillares del s. XVI, en la balconada  ondean  tres  banderas y en el centro su escudo labrado en piedra: escudo coronado, orlado con el vellocino de oro, un castillo en el centro.  La puerta estaba abierta, un ascensor te invita a subir, pero por ser sábado, yo respeté el descanso. La Policía Local tiene su retén en frente,  estaba cerrada. No pude hacerme de un plano de Monforte.  Este Ayuntamiento tiene una  página web muy documentada para el turista, no para el estudioso que necesita más información, por ejemplo el Libro de Catastro y Riqueza Rustica y Urbana de 1853 o El padrón de 1870, que ya estudiar M-S- Santos Deltell. Pero para eso está el archivo Municipal de Monforte en la Biblioteca Municipal, que está frente al Ayuntamiento. Lo que si oía por la calle era música insistente de un trombón, posiblemente  allí ensaye los alumnos de algún conservatorio o comparsa, porque  la música está muy arraigada por la tradición de las fiestas  de Moros y cristianos que son muy antiguas.  Bajé por la calle Ramón y Cajal, hasta la plaza del Parador, zona de bancos y Cajas de Ahorros, hay un locutorio.  Llegué otra vez al parque donde saludé de paso a don Francisco Limiñana y sus amigos de charla antigua y paciente sobre  aquellos años de la guerra y de la posguerra.
     Monté en mi coche, y despacio di varias vueltas por sus calles, pasé por la calle donde tiene su sede  la Comparsa de los Contrabandistas. Porque la fiestas de Moro y Cristianos son muy célebres y de gran riqueza en trajes, en pólvora  y, sobre todo, en  organización. Al final de Monforte hacia Aspe, hay una calle que lleva el nombre del universal poeta Miguel Hernández. Continué por la derecha hasta dar con un torreón árabe cilíndrico como las típicas de la vigilancia en defensa de costas o de la frontera,  pero, ésta se hallaba situada en el  llano, en el llano marcado de calles, como un guarda jurado con carabina, como un recuerdo de su pasado árabe y del emplazamiento privilegiado en el valle del Vinalopó fronterizo.
   Salí por el monumento a Jorge Juan Santacilia, situado en una rotonda, es un momento al estilo de Sempere, de tubos como imitando a una vela marinera, pero a mí no me dice nada, creo que  es de Andrés Carrasco. La paternidad del marino español se la disputan Monforte y Novelda, aunque las enciclopedias dicen que nació en Novelda 5 de enero de 1713, en una humilde casita de El Fondonet.  Rafael Coloma en la página 212 de su libro Viajes por Tierras de Alicante, dice que “recibió el agua y la sal de la gracia”  en la iglesia de Monforte, porque el día  que fueron a acristianarlo el río  Vinalopó estaba en crecida y los padrinos no pudieron pasarlo.

    Salí de Monforte, visité el polideportivo y El Mesón, y tomé camino a Alicante muy satisfecho de mi viaje por la provechosa singladura de hoy.
      Hay un tipo curioso en Monforte que se llama Juan Aznar, su página web recoge  muchas fotos de Monforte.
     Manolo (Garpe) es un pintor que nació en Monforte del Cid en el año 1929, afincado en Alicante Capital. Formó parte del Grupo de la plaza Gabriel Miró, la periodista y crítica de arte Tomy Duarte le dedicó un artículo en Noticias Alicante.
  







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