Viajes que realizó el pintor PALMERAL por el Vinalopó (Alicante) en el 2006. Moros y Cristianos del Vinalopó.
domingo, 28 de diciembre de 2008
ASPE
Por Ramón Fernández Palmeral
Ubicación
Aspe está situada en la zona meridional de la comarca alicantina del Medio Vinalopó, Longitud Oeste 0º 46´2" y Latitud Norte 38º 201 49". A una altitud de 238 metros sobre el nivel de mar de Alicante. Veamos una imagen desde el satélite. Tiene una población de 17.833 habitantes en el censo de 2004. El gentilicio es aspense. Dista 25 km de Alicante. El ferrocarril tiene una estación en Aspe-Novelda. EL término municipal se extiende con la forma de un gran pez de 69,79 KM2, dividido en las partidas: Alcaná, Aljau, Borisa, Carrasca, El Azahafá, El Murón, El Rabosero, El Mañán, La Coca. La Ofra, Las Fuentes, Horna Alta y Horna baja, Huerta Mayor, El Talomón, La Horna, Los Barrascos, Tres Hermanas, Monesol y Upanel (Hay una polémico vertedero mancomunado). Ha sido siempre un pueblo muy bien comunicado desde la antigüedad. Posee todo los servicios de una pequeña ciudad. Aspis era una de las posadas de la Vía Augusta Romana. Limita al Norte con Novelda, al Este con Monforte del Cid, al Sur con Elche y Crevillente y al Oeste con Hondón de las Nieves y La Romana. La base del campanario de la iglesia es el vértice geodésico de tercer orden. El Ayuntamiento tiene una página web de información ciudadana. Su alcalde es don Roberto Iglesias Jiménez (PSOE).
La villa de Aspe se distribuye en los barrios: Serranica, Sagrado Corazón, Parque, El castillo, San Juan, Prosperidad Villahermosa (don Jesús), La Coca, La Nía, y Camino de Elche. Su industria principal es el calzado. Son de habla mayoritariamente castellano, según los estudios de B. Montoya Abad, en "Los islotes lingüísticos de Aspe y Elda en el Vinalopó Medio", IEA, Alicante, 35, 182.
Las fiestas patronales son el 5 de agosto, la patrona es la Virgen de las Nieves, se celebra los años impares que comparte con Hondón de las Nieves, en la romería "La Traída" de 10 kilómetros, lo que separa a ambas localidades. La romería consiste en llevar y traer a la Virgen de una localidad a otra. También celebran las fiestas de Moros y Cristianos desde 1978, y la Jira. En Aspe existe una cofradía llamada de la Virgen de las Nieves, situada en calle Teodoro Alenda, cerca de la iglesia.
Historia
El escudo de la ciudad resume su historia, un escudo coronado con tres torres del castillo del Río sobre un cerro. Las letras A S sobre campo rojo de amapolas, una P (pe) sobre monte y el río Tarafa, afluente del Vinalopó. En la página web del Colegio Virgen de las Nieves de Aspe, hay una reseña histórica que hacer Cristina Contreras donde podemos ampliar curiosos datos históricos y ver fotografías. Nos cuenta en esta página: "Quizá el acontecimiento más importante de la Historia de Aspe ocurrió en el año 1225, cuando el castellano Alvar Fáñez aprovechando la ausencia del califa Al-Udri, junto con los Consejos de Cuenca, Huete, Alarcón y Moya, realiza unas sangrientas algaradas en el Castillo de Aspe, entonces " Asf ", lo que motivó sin duda, que sus moradores abandonaran paulatinamente el refugio del castillo, asentándose en la suave ladera del Río Tarafa en las proximidades de sus fuentes, a unos 4 km. del anterior HIS'N ASF o asentamiento fortificado. Más tarde en 1252, el Rey Alfonso X El Sabio, cede a la gobernación de Alicante: " doles et otorgoles que hayan por aldeas de sus términos, Noella et Azpe el Viejo et Azpe el Nueovo, et Nomport et Agost et Busot et Aguas".
Aunque su origen es ibérico. Los romanos dieron a la ciudad el nombre de Aspis, que significa jaspe. En Aspe, el paso del tiempo ha dejado huellas de su pasado que se pueden contemplar y estudiar en su museo Arqueológico donde se muestran vitrinas con restos arqueológicos del Paleolítico Superior. Los yacimientos arqueológicos del término de Aspe, son un magnífico campo abierto a la investigación de repoblamientos humanos habidos en nuestra historia en La Cueva del Rollo (paleolítico), El Tabayá y el Murón de la Horna (bronce), todo el corredor del Vinalopó (romano), Vistalegre (necrópolis visigoda) y el Castillo del Río (medieval).
Desde los más antiguos pobladores de la Edad del Bronce escogieron esta tierra por su bonanza y la cercanía a los ríos: Tarafa y el Vinalopó, hasta la creación de esas dos mitades que fueron Aspe el Viejo a 3 kilómetros del Nuevo. Fue visigoda y entregada a los musulmanes. Fue visigoda en tiempos de Teodomiro que la entregó a los musulmanes en un pacto.
Aspe perteneció a Castilla por el Tratado de Almizra (1244) dentro de el alfoz de Alicante, luego pasó a Aragón por la Sentencia Arbitral de Torrellas y Elche en 1304, que fue anexionada definitivamente al reino de Valencia. Tras la expulsión de los moriscos se repobló con gente de Torrijos (Toledo), hay apellidos como Almodóvar. Este pueblo de Toledo está considera como pueblo hermano desde 2001. La carta puebla es de fecha 22 de mayo de 1611.
Su pasado árabe se remonta al Castillo del Río, siglo XII, de origen árabe, hoy es una destruida fortificación en una elevación del terreno, donde estuvo la primitivo Aspe hasta que pasó a su actual emplazamiento. Pero nada mejor para ampliar conocimientos históricos y su agenda que consultar la página web de La Isla de Interior.
Tiene dos museos: El arqueológico municipal y el histórico de Aspe. A través de los cuales podemos conocer la historia antigua y contemporánea de este enclave. Para el culto religioso posee dos iglesias: la de Nuestra Señora del Socorro y de El Buen Pastor. La ermita de Santa Cruz y la de los Cipreses. Su Semana Santa es digna de visitar, sobre todo por la plástica de los pasos al mejor estilo y riqueza de la imaginería religiosas. Este año 2006 se presenta el Programa de actos con un paso o trono pasando por el puente el Baño. Algunas Hermandades son: San Pedro, Santa Mujer Verónica, Nuestro Padre Jesús Cautivo, Caída de Jesús, San Juan, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Dolorosa, Guardia Pretoriana...
Turísticamente tiene Aspe dos museos, y el Teatro Wagner, el Anfiteatro Alfredo Kraus, los senderos de La Coca de 8 kilómetros su medio y otro es el sendero de Upanel de 11 kilómetros.
Es una villa muy aficionad al deporte, además de equipo de fútbol tiene el Grupo de Esparcimiento Tenis Aspe con página web propia e información de sus actividades deportivas.
Tiene radio y televisión local: TeleAspe, que dirige Julio Alcaraz.
SINGLADURA
El día 18 de febrero de 2006, un día nublado, oscuro, lluvioso con pereza de gotas, inicié mi singladura hacia Aspe saliendo de Alicante por la autovía de Madrid, tomé el desvió de la gasolinera ante del puerto de Portichol, antes de la gasolinera se bifurca una entrada a un campo de golf que se llama Club de Golf Alenda, pero yo seguí el desvío de Aspe y Elche. Ahora, gracias a la nueva obra se pasa por debajo de la carretera de Elche, antes, como ya he dicho en otras ocasiones, era un verdadero peligro, un demonio permanente.
La carretera hacia Aspe se encuentra muy bien, recién asfaltada y pintada, aunque tiene algunas curvas que te pueden dar un susto si es que te descuidas en la atención o miras el paisaje que empieza con ciertas elevaciones. Los almendros habían cuajado ya la flor, han dejado de ser un campo nevado de pétalos por las aladas almas de los almendros. Crucé un puente sobre el carrizal del río Vinalopó, un carrizal que es como un jardín de biodiversidad y misterio de los altos carrizos. Entré en Aspe por el Este, tomé una avenida de circunvalación, subí por la Avenida de Monforte del Cid paralela al río Tarafa, un afluente del Vinalopó, me dejé guiar por los carteles de: "Centro ciudad", y llegué hasta el semáforo enrojecido de ira situado ante del puente el Baño. Entré en la Avenida de la Constitución en cuyo eje central se erige como un ciprés de agua el corro continuo y blanco transparente de una fuente. Giré a la izquierda hacia el Mercado de Abastos, y me asombró ver un parque con palmeras, señor de las alturas, altas de mirar al cielo, un parque rectangular, cosmopolita, corazón verde, prado de palomas, oasis de aire puro encerrado. Aparqué en la calle del Doctor Marañón. Miré por el espejo retrovisor, giré el volante y a la primera en el sitio amarillo de la acera, porque aparqué con mi lado bueno He de advertir que no es fácil aparcar en el centro de esta villa, los coches como plaga de cuatro ruedas se han apropiado de las calles y de algunas aceras. Es sábado y día importante de mercado.
Entré al parque por la esquina de una pastelería, dentro, la dependienta vestía con delantal blanco y cofia del mismo color. Aspe es una monja confitera donde se crean dulces de autor, exquisitos besos de azúcar y miel como en DULCES ASPE. Me topé con un buzón amarillo gritón de correos que muy educadamente me dio los buenos días, desde aquí, ha cazado este viajero la vista del parque, custodian la entrada al oasis tres contenedor de basura: uno de papel, otro de vidrio y el normal, la impresión que se lleva el turista viajero, primerizo como yo no es muy buena, estos contenedores parecen más propios de lugares de trastiendas y calles de servicio que no del centro de la villa. Crucé el parque transversalmente y me encontré con algunos parapetos de obra, banco de piedra artificial pintorreados con graffitis (uno dice en amarillo "puta"), enramadas artificiales que cuidan las yedras, las palomas bebían en algunos charcos que, como baldosas acuáticas, dejaron la lluvia mañanera. Y en el centro del parque se erige una fuente con un buen pastor en el centro, una oveja bala al fauno, una fuente surtidor que se abre como un sauce, el agua gime, cristal líquido de cuarzo, ruido musical que asusta al hondo aljibe que llora por no secarse. Saqué unas fotografías muy artística entre la fuete y la cúpula de la iglesia, porque conseguí hacer coincidir los dos elementos plásticos. Las tejas azuladas de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, que quedaba en segundo plano, me prometí visitarla. Las tejas de las cúpulas son azules como una continuación del cielo, me dijo una vez un beato arquitecto en uno de mis viajes por Játiva (Valencia).
Más adelante, casi al final del parque nos encontramos con un monolito dedicado al poeta Rubén Darío, erigido en 1927, arriba del monolito aparece regordete su efigie en bajorrelieve, es bronce, un bronce viejo de color tierra tostada, poeta bronce nicaragüense, con una frase gravada en la orla: "Príncipe del verso castellano". Tengo una Antología poética de Rubén Darío con una introducción de Juan Carlos Garrot, de 1983. Es Rubén maestro del Modernismo, sobre el Modernismo ya escribió un articulo Guillermo Carnero, "La ruptura modernista" (1991), y resumió la ruptura del Modernismo en 7 puntos, en el punto 3 escribe que "El Modernismo se situó conscientemente al margen de la moral convencional, negando el ideal doméstico y coyuntural de un Gabriel y Galán..." El motivo modernista es el alma de las cosas, y se convirtió en un terreno de innovación y experimentación, de lo exótico, de los nuevos. Este monolito rubendariniano, me hace recordar unos versos del "Coloquio de los centauros": En la isla en que detiene su esquife el argonauta/ del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta/ de las eternas liras se escucha/. Porque aquí en Aspe, eterna arpa, esquife del arpa, un argonauta eterno dejó clavado en esta isla interior del Vinalopó. Este monolito es esquife, es timón de músicas y liras que las sirenas olvidaron aquí para la eternidad.
Acabado de visitar el parque encuentro frente a una mezquita, es el Mercado de Abasto, un gran mercado con arcos y puertas ojivales que le dan aspecto arabesco, se construyó en MCMXXX. En frente abre su mostrador un kiosco de chuchearías, un jardín de infancia y bancos donde se sientan tranquilos y silenciosos algunos hombres de la edad robusta y madura en el músculo, cansados de mirar el fluir de la vida cosmopolita de la mañanas de un sábado de mercado. Me acerqué hasta un hombre que sentado en uno de los bancos, y le pregunté
-¿Cómo se llama este parque?
-¿Usted no es de aquí, verdad? -respondió, y cuando le contesté que no, me dijo- este parque se llama del doctor Calatayud, esto era antes una huerta y estaba cercada. Yo nací en 1922 y tengo 84 años, el mismo año que se construyó el Teatro Wagner (Aspe tiene un teatro dedicado a Warger, por la afición que siempre ha habido a la música. Aledaño se encuentra el auditorio Alfredo Kraus que fue inaugurado por el propio tenor en 1998). En el salón se celebra el Certamen de pintura, Pastor Calpena patrocinado por el Ayuntamiento. El pintor se llamaba Vicente nació en Alicante). Siete años después de nacer yo se construyó este mercado.
-O sea, que usted nació aquí en Aspe.
-Sí señor, yo nací y me casé aquí, y tengo cuatro hijos. Mi mujer se murió hace tres meses. Ahora vivo en casa de mis hijas, sabe usted cuanto gano yo de pensión..., porque mi mujer también cobraba, yo le pagué los cupones como autónoma, como sirvienta, sabe usted... Murió mi mujer cuando más falta me hacía la compaña...
-Lo siento.
El hombre parecía un manantial de saberes, tenía ganas de hablar y me sacó una foto suya de cuando era un crío, de 1934, por detrás ponía Antonio Mira. Era una foto antigua, una reliquia, no tuve valor para pedirle hacerle una foto con el macro, porque suponía romper la magia del respeto a la intimidad de las personas, pero me quedé con las ganas, cosas que no suelo hacer, pero el hombre estaba tan emocionado contándome su vida, con lágrimas en los ojos que no pude hacerle una foto digital a aquella historia color sepia y quebradiza que sostenía entre unos dedos de tierra, cielo y perlas secretas, remos de una pequeña historia de Aspe.
-¿Sabe usted, que yo empocé vendiendo periódicos aquí en Aspe?- me dijo Antonio-. Yo tuve un kiosco y no me fue mal del todo. Cuando llegó la guerra yo tenía 14 años, y no fui a la guerra, a muchos amigos míos los mataron. Porque a una guerra jamás se debió llegar. Yo recuerdo que el rey Alfonso XIII se fue por el año 31 a París, y salió por Cartagena hacia Marsella. Esta zona era republicana y el gobierno provisional de Juan Negrín estuvo en la finca de El Poblet en Petrer, donde había un pequeño aeródromo. Luego yo fui a la mili, que yo soy de la quinta del 43, en mi quinta se juntaron tres quintas por lo de la guerra mundial. Yo tuve suerte y me tocó en Alicante y estuve en el Cuartel de Benalúa, tres o cuatro años. Había soldados que antes lucharon en la guerra con los republicanos.
-Usted tiene muy buena memoria.
-Pues sí que tengo la tengo, le voy a decir las alineaciones de fútbol de antes de la guerra.
Y Antonio, me estuvo dando la lista nominal de los futbolistas del Real Madrid y de la Selección española uno por uno, con una velocidad asombrosa, y acabó diciendo "y hace unos días que se murió el portero Zamora, esos sí que eran porteros, los jugadores no ganaban un duro y jugaban con el corazón". El hombre tenía conversación para rato, pero yo tenía que hacer mi recorrido y mi safari fotográfico, y allí se quedó el hombre sentado en el banco de madera frente al mercado con ganas de conversación.
Caminé buscando la alta torre de la iglesia, entré por calle de La Rosa, hasta llegar a la plaza Mayor, que aparecía vallada en obras, obras de remodelación. Entré en la capilla de la Virgen de los Desamparados, según me dijo una devota, aledaña a la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, una gran capilla, con bello altar mayor, retablo con un Cristo en comunión. La iglesia de Nuestra Señora del Socorro se muestra como un gran bloque sólido de piedras doradas, labradas, alta y fortificada es la torre campanario, imponente servicio a Dios, que antes fue mezquita. Pero no pude resistirme ha hacer una fotos de las calladas piedras, con la escritura del secreto de los cinceles con decoración de acantos en el pórtico y hornacina con la imagen un Buen Pastor. Las puertas altas, con dibujos arabescos chapadas en verde vejiga, las cerraduras de herrería misteriosamente miran por su único ojo hormiguero, los remaches, las albabas calladas.
Dándole la vuelta a las vallas de las obras de la plaza Mayor, éstas, como en un laberinto de chapas galvanizadas, me llevaron hasta las oficinas del Ayuntamiento nuevo o de nueva planta, porque el viejo, está cerrado por obras. Sobre el edificio viejo del Ayuntamiento, posiblemente, de finales del siglo XVII, se eleva un moderno campanario con estructura metálica con dos pequeñas campanas, para dar la señal de las horas de un reloj también moderno y en activo que daban las 11 y 35 minutos, este campanario es como un parche, un ojo de horas indiscretas, aro del tiempo, sobre un edificio de piedras antiguas e históricas. Pedí una catálogo de Información y Turismo a un conserje, hombre fuerte con ojos azules, me dio dos planos de Aspe del año 2003, un calendario de la Semana Santa del 2006, acontecimiento cultural y turístico de interés, digno de admirar por su religiosidad y buen hacer de las cofradías aspenses. La pregonera de este año será doña Rosa María Gómez Lara, abogada aspense que pertenece a la Hermandad de Nuestra Padre Jesús Nazareno. Datos que me facilitan, sin duda, mi visita pedestre y automovilística a esta villa de la comarca del Vinalopó. En plaza playa Mayor, está también la "Asociación de quintos jubilados" y el Casino Primitivo, desde el exterior vi a los señores de Aspe, viejos señores, en sofás de piel, leyendo el periódico Información. Casinos de socios, exclusivos como un club inglés, típicos de los pueblos españoles de finales del XIX.
Era la hora de despertar con un descafeinado y entré en el bar Plaza, en el número 33 de la Avda. de la Constitución, que también tiene comedor, un comedor acogedor, de manteles de papel, decorado con cuadros, el cuarto de aseo limpio, y la camarera muy dispuesta y agraciada por la diosa Diana. Tomé asiento, y pedí un descafeinado mientras hojeaba mi plano de Aspe al son de la conversación de dos hombres que hablan de fútbol en la barra, del Aspe club de Fútbol. Otros hombres hablaban de taullas, fincas, notarios y demás términos legales de alguien van a comprar o vender tierras.
Luego bajé por la calle de la Constitución, pasé por la Centro Social, hasta el puente de El Baño, en frente la Seguridad Social, y luego tomé mi camino de vuelta a Alicante.
El Museo Histórico se sitúa en "La Casa del Cisco", tiene importantes fondos arqueológicos de donaciones particulares, y patrocina a través del Ayuntamiento el premio de Historia "Manuel Cremades".
Personajes ilustres:
1) La Beata Rita Dolores nació en Aspe en 1853.
2) El artista plástico José Galván: nació en Aspe (España) el 30 de Julio de 1910 y murió en Benidorm el 25 de Agosto del 2001. A los 91 años fue a vivir a ALCOY (España) y los trabajos en una escuela industrial en donde dibuja copias. Allí, sus profesores notan su trabajo y lo dirigen en la sección "que dibuja según la naturaleza". Después de la guerra civil, sigue los cursos de la tarde con Barcelona (la escuela Círculos Verdadero Artista). pinta modelos del natural. Expone los retratos y los paisajes desnudos con Barcelona, Perpigñan (1959-1960) y en Montpellier. Galván coloca en París en 1962 y expone al cuarto vivo del arte libre. Con el paladar grande, está presente en la exposición de los pintores españoles de París, organizados por los ministerios para la cultura de Francia y de España.
3) Poco o nada se sabe del acuarelista Vicente Pastor Calpena (Alicante 1918-Madrid 1993). Vivió en Cartagena.
4) Miguel Calatayud nació en Aspe (Alicante), 1942, durante la década de los 70 inicia su actividad como ilustrador para Doncel (La Ballena Alegre), Santillana (La Gran Travesía y Preescolar) y Altea (Primera Biblioteca).Autor de cómis. Ha realizado campañas de creación e imagen para instituciones públicas y privadas. Firma además, una extensa obra gráfica que abarca imágenes para instituciones, obras de teatro, ciclos, festivales, compañías...Como cartelista de Jazz fue seleccionado para la muestra Le Jazz Européen s'Affiche. Entre las diversas exposiciones retrospectivas de sus trabajos destaca la celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla (Fundación Luis Cernuda, 1986) y L'aventura del dibuixant, en la sala Parpalló de la Diputación de Valencia (1995).
5) Manuel Cerdán Alenda, redactor-jefe de Investigación del diario El Mundo desde 1994, nació en Aspe (Alicante) en 1954. Está casado y tiene dos hijos. Antes de su incorporación a El Mundo fue redactor-jefe de Investigación de Cambio 16 (1989-2003) y de Interviú (1980-1989). Cerdán es Doctor en Ciencias de la Información en la Complutense y profesor de Periodismo en la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. También es coautor de los libros El caso Interior, El origen del GAL y Lobo, un topo en las entrañas de ETA. Ha sido galardonado con los premios León Felipe a la Libertad de Expresión, Club Internacional de Prensa y Lumbreras del programa Protagonistas de Luis del Olmo. Con la incorporación de Manuel Cerdán, Interviú refuerza una de sus señas de identidad: el periodismo de investigación, al tiempo que Grupo Zeta consolida su apuesta en los medios audiovisuales con la experiencia de Teresa Viejo.
sábado, 20 de diciembre de 2008
XINORLET
Por Ramón Fernández Palmeral
Singladura
Salí de mi casa alicantina sobre las 10 de la mañana del Jueves Santo, 13 de abril de 2006, el día se presentaba con un cielo nublado con ganas de dar guerra pero sin llover a mares. Me acerqué al kiosco de prensa de la plaza de la Viña para comprar el Tomo I sobre las obras completas de Miguel Hernández, pero no las habían traído. Como siempre tomé mi autovía A-31 hacia Madrid, tráfico denso en sentido contrario, es puente de Semana Santa, y Alicante no es que sea la famosa playa de Madrid sino que se ha convertido en el chiringuito de Madrid. Luego tomé el desvió para Novelda, crucé la villa modernista de sur a norte hasta salir por la iglesia de San Roque, pasé junto a un parque bien vestido de árboles verdes, amarillos y anaranjados, que dejé a mi izquierda; tomé a la derecha la CV-835, que nos lleva por una sinuosa carretera bien calzada de asfalto hacia Monóvar que dista unos 10 kilómetros. Pasé por la puerta del restaurante «La Candeleta» en el Centro Deportivo "Cucuch". Pasé por una vaguada o rambla que estaban tapando con acumulación de tierra de escombreras. Un poco más adelante, a la derecha veo al casa de los peones camineros, muy bien arreglada como un chalet, es la misma casa de la que nos habló el alcoyano Rafael Coloma en la página 218 de su libro Viaje por tierras de Alicante, de 1957, con su estilo azoriniano, donde podemos leer:
"La casilla de peones camineros, a mano derecha, anuncia en letras negras que hasta Villena restan 34 kilómetros. En los cuatro (sic) finales del trayecto la carretera planea hasta Monóvar. Desde la casilla verás, amigo, un fondo de montañas azules, violeta, grises, a modo de medio círculo: la peña de la Zafra, La Solana y la sierra de Cámara, de izquierda a derecha. Y Monóvar, apiñado, confuso, jalde, entre dos colinas".
Efectivamente, las descripciones de Rafael Colma, que había viajado en galera conducida por un galerero en el pestante, son correctas, el terreno llanea, y antes de entrar en la muy noble, fiel y leal ciudad, acostada en un valle vigilado por dos cerros, uno de ello fortificado, se ven las dos cúpulas azules que destacan entre los tajados moriscos de las casas, la más elevada es la ermita de Santa Bárbara, la otra es, sin duda, la de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, son visibles sus circunferencias como gigantescos globos o adornados de celofán huevos de Pascua, y sobre una loma cenicienta vemos una mancha avinagrada de lo que parece un castillo moro de altas y engañosas almenas, lejanas, ocultas en el gris de este cielo que nos acompaña hoy con su festón rojizo y su mano temblorosa. Empezaron a caer algunas perezosas e incordiante gotas de una lluvia deseada y anunciada en los partes meteorológicos, y continué la marcha con cierto enfado, sin saber muy bien si es porque llueve o porque no llueve como Dios manda.
Unos carteles de situación nos anuncia a Monóvar o Monòver en valenciano, un poste amarillo me señala la entrada a la villa y me topo, de pronto, con un edificio ocre, con una torre circular a modo de castillo medieval que es el cuartel de la Benemérita, nada más y nada menos. En un balcón donde ya no ondea la bandera nacional pende un cartel rojo y gualda que no dice orgullosos: «Todo por la Patria», como si los demás no lo diéramos todo también por la Patria. Es una antigua fortaleza que, como arqueología arquitectónica me obliga a parar en la gasolinera de Petronor, entré para hacer unas fotos, con recelo, claro, porque esto de hacerle fotos a las instalaciones militares nunca fue permitido. Pero tras este alto, momentáneo del recuerdo, de mis recuerdos, continué mi viaje por una avenida a la izquierda, una avenida con cierto desnivel, ligero desnivel. Pensé que lo mejor era llegar al final de la singladura que me había propuesto hoy, la de llegar a la pedanía de Xinorlet y luego regresar tranquilamente otra vez a Monóver.
Esta avenida que sube se llama Ronda de la Constitución, paré el coche como es preceptivo ante un semáforo en rojo. A los pocos segundos oí un golpe, el coche que me seguía recibió un alcance por detrás de otro vehículo, tuve suerte de que no tocaran al mío, hubiera sido un lamentable fin de meta, pero Xinorlet me esperaba, y me aguardaba como un amigo, y con una suerte de sorpresas, y, claro no podía yo acabar así, tan tontamente con un golpe en el coche, en mi Nissan Almera de gasoil. Continué mi camino, pasé junto a una calle que se llama Españoleto, me pareció un callejón inmundo, una pena que este pintor barroco valenciano nacido en Játiva en 1591, que se llamaba Jose Ribera, tuviera en Monóvar un callejón nada más, un callejón sinuoso, angosto, tenebroso pasaje de mala impresión, sobre todo para los que sentimos la pintura como una de las más bellas artes que el hombre haya podido crear, porque pintar es crear más que fabricar artesanía. Dejé la calle de El Españoleto y pienso de visitarla a mi regreso.
Dirección Xinorlet
Tras sortear dos rotondas, una de ellas con dos viejas cubas en el centro a modo de esculturas, tomé la circunvalación dirección a Pinoso o El Pinós en valenciano, situada a 17 kilómetros, Xinorlet está cerca y lejos según se mire, marca una distancia de 11 kilómetros, pertenece al término municipal de Monóvar. Tras sortear algunas ondulaciones del terrenos aparece, entenso y labrado una especie de páramo sembrado de parras y esquejes de vid. Encuentro un desvío a la derecha para Las Salinas, luego un cruce señalizado con conos verdes de señalización en el centro de la calzada, marcando un cruce peligroso, para evitar que ningún bruto conductor pueda hacer un adelantamiento peligroso, el cruce señala al sur para La Romana y para el norte Hondón o El Fondó. Tras pasar el cruce veo a mi izquierda las Bodegas de Santa Catalina de Mañan (no tienen catálogos para el público), pertenece a la denominación de origen de Alicante, me dije que al regreso compraría vino. El campo, como un placer vinícola se extiende plano como una plancha; la cepas están despertando del rígido invierno, y de sus cepas, salen como brochas verdes los nuevos pampanicos, son de un verde cinabrio claro; algunas plantas son nuevas, todas ellas alineadas como una plantación de números cartesianos, o como un ejército de soldados del vino en un desfile, porque decir vino es decir "vino-lopó". La agricultura primorosa es del almendro, ya cambiaron el peluche de su flores por dedales de almendras embrionarias que en el otoño se convertirán en turrón, según y como la tradición manda. La almendra junto a la vid fueron, casi los únicos cultivos, más algunos manchones de olivos verdiales, el sustento de estas gentes. Aquí el vino envejece en los barriles de roble ocultos en las cuevas, y también la uva de mesa, la famosa uva del Vinalopó. Ahora la gente vive, generalmente de las canteras de piedra natural y del mármol, y también de la restauración, porque Xinorlet tiene fama desde antiguo de ser venta, de ser un buen comedor para los pasajeros hacia Pinoso y Yecla. Dejé una gasolinera y un bar de carretera a mi izquierda, que no tiene nombre, sube una lenta cuesta, abundan los caseríos entre los pinos, a la izquierda aparece el cruce que anuncia Casas del Señor 2 kilómetros.
Luego, tras una curva a la derecha, destaca el pueblo de Xinorlet con sus techumbres de teja morisca y fachadas de piedra vista, típicas de los pueblos ocres del Vinalopó, esa piedra amarillenta con ciertos tonos de tierra tostada que sirve para la construcción en mampostería. El cielo se muestra terco con su insistente gris de órganos, lo cual impide mi total alegría visual. Me encuentro un stop que marca la entrada a Xinorlet, cuyo nombre está marcado también en castellano Chinorlet. Es un pueblo más que una pedanía, al fondo se muestra con un festín de colores musicales el Monte Coto del que se han extraído importantes cantidades de mármol, y el Monte Chirivell, donde está La Cueva de la Arena fósil. El pueblo tiene uno 150 vecinos, y en verano se dobla por el turismo de interior y los vecinos que han emigrado a otras zonas de trabajo. Xinorlet es un ejemplo de convivencia. Los únicos que metieron la pata en este pueblo fueron unos británicos a los que les cogieron una fardos de hachís en un chalet, y el nombre de esta joya de pueblo pasó a las páginas de los sucesos, caldo amarillo de los chismorreos mal intencionados.
El pueblo es un mar de silencio cromático, a la derecha veo un cartel de la venta de una vivienda de antigua construcción, uno desea vivir en estos pueblos, descansar para siempre bajo el canto del gallo y el ladrido lastimero de algún perro que te quiera con absoluta fidelidad. Un labrador limpiaba un tractor, no me ve porque me señala su espalda. A la derecha me sorprende el nombre de una de las calles o avenida principal, que se llama: Federico García Lorca, dedicada a este universal granadino que fue amigo de Pablo Neruda y le tenía «alergia», según la filósofa veleña María Zambrazo, a Miguel Hernández, el poeta de Perito en lunas. A la mitad de la calle, si la pudiéramos doblarla como un papel, se eleva, a la derecha, amigos, la torre campanario de la iglesia, y frente a la iglesia se abre un anchurón a modo de plaza que es la calle Cervantes, aquí está el Teatro Cervantes o de Chinorlet, que no veo, o tampoco me paré a buscarlo, porque la luz contraria de la torre, balcón de estas tierras, luce altiva, ocre con su reloj que me marca las once y veinte minutos. Aquí las calles están desiertas, pero al primer hombre que me encuentro, me llama la atención el color de su bella piel chocolate, es un hombre parado en la acera y en silencio de pasión que evita mirarme, sin duda es un extranjero de los muchos que habitan nuestro pueblos del Vinalopó, porque mientras ellos buscan el muslo tierno de nuestros pueblos, nosotros buscamos el cuello duero de la ciudades. Las calles tienen nombres de escritores españoles: Unamuno, Valle-Inclán, Azorín…, y otra a don Emilio Castelar, el último presidente de la I República que aunque nació en Cádiz era de Elda. Aparqué el coche frente a un transformador, y me acerqué a la iglesia, cuya puerta cerrada me impedía la entrada al sosiego del espíritu.
Trasteé la puerta por si estaba abierta, que suele pasar, y vi que desde el estanco, junto a la tienda de ultramarinos de los Pérez, situado en frente, salieron tres mujeres que me preguntaron en valenciano que si quería entrar, le dije se que me gustaría verla por dentro, y ellas muy diligentes me abrieron la puerta de madera de dos hojas color pino barnizado. Una vez dentro me sirvieran de estupendas guías. Me llamó la atención la amplitud de la iglesia dedicada a la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, es amplia, grande para tan pocos vecinos que son ahora, antes legaron a haber 434, en 1910, me dijo una de la mujeres, porque de antiguo hubo mucha más población que ahora, la gente joven ha salido a estudiar y se han buscado trabajos que no son la agricultura. A la entrada hay una mesita con la hoja parroquial de los Javerianos, y una estampa de la Madre Paula de Jesús Gil, Fundadora de las Franciscanas, es una monja que nació en Vera (Almería), el 2 de febrero de 1849. Echo unas monedas a un velamen eléctrico para que sirva como limosna. Me dicen que la iglesia se construyó a primeros de este siglo, aunque que la torre se construyó después, más tarde por doña Antoliana, la que está en la lápida de la entrada. Aquí podemos ver una antigua foto de la construcción de la torre.
-¿Le gusta como está...? –me preguntó por la iglesia una de la mujeres, de pelo con cierto tono pelirrojo, es dispuesta, habla valenciano, porque en esta zona es de habla valenciana, pero con tolerancia con bilingüismo, y como se da cuenta de que no lo hablo me pregunta-. ¿Usted entiende el valenciano, no?
-Sí, lo entiendo pero no lo hablo, llevo ya aquí en Alicante más de quince años.
He observando que cuando uno no sabe valenciano lo mejor es no intentar hablarlo con ellos, porque en cuanto te localizan el acento, ellos cambian el registro y no te contestan en valenciano sino es castellano, es la norma de este bilingüismo tolerante de los valencianos del Vinalopó. No como en otras zonas donde o lo hablas o te quedas in entender nada.
Como es Jueves Santos, las mujeres han engalanado el altar, lo han adornado con abundantes flores de muchas variedades y colores: lirios, lavanda, jacintos y floresta menuda que fortalecen la espiritualidad de la Pasión del Señor. Todo reluce, todo está muy limpio, los bancos de madera se ven perfectamente alineados, a la derecha del altar y sobre una especie de mueble cubierto con un sobre mantel blanco y bordado, aparece primorosa, una pequeña imagen de La Piedad. En el altar hay un Corazón de Jesús. Se cuanta en Xinorlet que el primer Corazón de Jesús, lo trajo un señor de Barcelona en 1915, le llamaban cariñosamente “Frasquito”, no al catalán sino al Corazón de Jesús, que era de madera. Cuando llegó la guerra incivil, un vecino llamado el tío Pito se lo llevó y lo enterró para salvarlo de las hordas antirreligiosas de los milicianos. Durante la guerra esta iglesia fue mercado y destruyeron la Virgen del Rosario, querían demostrar que ellos pasaban de religión. Pasada la pesadilla de la contienda trajeron otra talla de Olot, una talla de escayola, porque “Frasquito”, que pesaba mucho para procesionarlo, se quedó en casa del tío Pito y está actualmente en Pinoso. Este Corazón de Jesús actual no es “Frasquito”. Cuenta Encarnación Guardiola que fue con Manolita Amo a la estación del tren de Monóver en un Ford a recoger el Corazón de Jesús que habían comprado en Olot, y con cuanto cuidado lo trajeron a Chinorlet en el asiento de tras sobre sus faldas.
En los muros de las paredes laterales aparecen hornacinas con imágenes de Virgen de los Remedios y del Rosario, y una talla de un santo que hizo un artesano del pueblo. Bajo el altar hay una especie de lápida tapada con un precioso velo o mantilla española de encaje finísimo, bordadas con rosas de color azul marino, que nos trae una sinfonía del aroma de las propias rosas.
A la mujer pelirroja le acaban de llamar Inmaculada, y ésta mujer se acerca a mí para decirme que la mantilla es de ella, y yo, que sé de encajes más que los de Flandes, porque mi madre fue una gran bordadora infatigable de velos en los bastidores, reconozco el trabajo bien hecho, como el de bolillo muy usado aún en Andalucía.
Una de la mujeres es una mozuela de 72, usa gafas, es dispuesta, discreta, y me dice que ha nacido y vivido toda su vida en Xinorlet, y esa seguridad con que lo dice, oculta una alegría que le rodean las mejillas. Yo que soy un nómada, la envidio, envidio a los que no se mueven de sus pueblos de por vida. Le pregunto cómo es su apellido y me responde que es: Leal Albert. Y el apellido de Albert me recuerda al del poeta y escritor alcoyano Juan Gil-Albert. La tercera mujer es rubia de tez clara rosado, una cara de porcelana fina y agradable. Aquí en estos pueblos uno se siente como en su casa, la gente es hospitalaria, tiene ganas de atender al viajero perdido y hambriento de saberes populares, que hay que sacar con mucha discreción. Gentes que no tienen prisas y se explayan en la conversación con minuciosos e interesante detalles que a mí tanto me deleitan y me enriquecen esa parte de investigador que uno lleva dentro grabada como la efigie de una moneda. Inmaculada, estuvo hablado en valenciano de la seriedad de las procesiones en Cartagena, y cuando tiene la atención de dirigirse para mí, lo hace en castellano, y aunque lo entiendo, lo agradezco como un vaso de agua fresca. Luego respondo que tanto en Málaga como en Cartagena las cofradías han estado patrocinadas por militares, y esto se nota, hay organización, seriedad, desfiles y también regocijo. Esta mujer sabe explicarse muy bien, tiene cultura. Al salir de la iglesia me enseñan la casa de fue del cura, cuya puerta está dentro de la iglesia, ahora viene el cura de Monóvar y se llama David, a los curas hace tiempo que le quitaron el don, porque Jesús, que sepamos, tampoco tenía ni don ni Ilustrísima, ni Excelencia.
-Yo tengo un conocido en Xinorlet, le digo a Inmaculada- lleva una página web de la Asociación de los vecinos. “La Bombilla”.
-¿Cómo se llama?
-No lo recuerdo bien, creo es Álvaro, pero no estoy muy seguro, me escribió una vez, hace tiempo e hizo un enlace con mi página de “Singladuras por la comarca del Vinalopó” le prometí que vendría algún día a su pueblo, y hoy me ha tocado. Hace tiempo, años, estuve comiendo aquí, no recuerdo como se llamaba el restaurante.
-Será el Elias…, es de los principales.
-Sí, creo que es el Elias. Recuerdo que una vez vine con unos amigos a comer una paella de Arrós en conill i caragols, con ñora, hecho a la lecha, estaba riquísimo. El propio Elias, un hombre avezado en la gastronomía popular, nos estuvo contando que él tenía los caracoles un par de meses comiendo tomillo para que se purguen...
Al salir de la iglesia me detuve a fotografiar la placa de mármol gris azulón estampada en la fachada de la torre, es una lápida conmemorativa en recuerdo y agradecimiento a la iniciadora de las obras de esta torre campanario, que con su ojo de reloj y sus campanas con remate de cruz en pararrayos, se asoma sobre este pueblo. Las obras se iniciaron un 30 de octubre de 1927, gracias a la voluntad de doña Antoliana Navarro. No sé si se trata de la misma señora doña Antonia Navarro Mira de Novelda, nacida en 1866, podría ser la misma que mandó construir la iglesia de La Romana y la Casa Modernista de Novelda.
Salí de la iglesia del Corazón de Jesús en un estado contemplativo, la contemplación consiste en comprender la voluntad de Dios, ardua empresa. Me despedí de las tres xinorlesas mujeres a las que le guardo un recuerdo de gratitud. Di unas vueltas por las calles vacías de gentes y lleno de poesía urbana, vi a un precioso perro de pelo negro y blanco espiritual de la raza cocker, y también a un gato grande de pelo aleonado, cabezón y sigiloso; animales domésticos, y algunos más inteligentes que las personas, a los que le hice unas fotos. Pasé por la puerta del Restaurante Xinorlet, que es un restaurante con ambiente totalmente rústico que cuenta con tres salas reservadas; y desde aquí a la plaza de San Isidro donde hay unos columpios con jardín infantil de infernales chinorros. Desde aquí se ve el Restaurante Elías pintada la fachada de color rosa alegre, tiene aparcamiento techado, y en los aledaños se acumulan gavillas de sarmientos secos, la llama violácea del sarmiento y de las viejas cepas le dan a las cazuelas y paelleras el justo fuego que necesitan el asar las chuletas de cordero, y, además un toque de horneado a los arroces. Este Restaurante ha sido de siempre un santuario gastronómico donde más que comensales acuden peregrinos a sentarse a la mesa con verdadero sentido de comunión, conscientes de que cada cucharada no se volverá a repetir, cada cucharada está llena de sabores diferentes, de cromatismo y de filosofía, y sobre todo cuando entra con un vino, sea de Culebrón o de alguna cueva oculta particular donde madura el vino con el reposo de la constante temperatura y la mano cariñosa y artesana que cortó la uva, la pisó y la envasó.
Desde el Restaurante Elías, o mejor dicho "sanatario casa de comidas" sale una amplia carretera de cemento hacia una aldea oculta, delatada por su alta torre campanario. Como se veía a tiro de piedra me acerqué hasta allí, se llama Cases del Senyor, (ver foto de los años 60 de Jose María Martínez) o Casa del Señor Duque de Híjar, que era el dueño de esta tierras y fue protector del convento de los capuchinos de Monóvar, cuyo escudo de armas aún se conversa en el dintel de dicho convento. La torre de la iglesia de Cases del Senyor me llevó hasta aparcar cerca de un jardín nuevo, le pregunté a una mujer dónde estaba yo, para entrar en conversación, y me dijo con mímica negativa de su cabeza que no entendía nada, era extranjera. Porque la casa junto a la iglesia que es de un extranjero. Hice unas fotos es la iglesia de nuestra Señora del Remedio que así es como se llama. Cuando hacía las fotos pasó una mujer de cierta edad, con delantal, y me dijo en valenciano que no quería “retrat”, pero respeté su parecer y no se la hice. Aquí existe una Casa Cueva de 150 años de antigüedad que se alquila, tiene dos habitaciones. Tras mi corta visita y mis fotos correspondientes a Cases del Senyor, regresé a Xinorlet que es más pueblo, entré por el camino que llevaba a un Restaurante que se llama La Pinada, que creo ya no funciona y tiene habitaciones, lo llevaba una familia de catalanes. Aquí, en La Pinada, junto al camino hay una especie de alberca seca, una pinada escuálida, y unas casas de fachadas desconchas y abandonadas, las cuales merecieron mi atención plástico-artístico como entelequia de un pasado histórico agrícola.
Luego, tranquilamente y sin ganas salí del pueblo de Xinorlet por el mismo lugar por donde entré, y el hombre, que antes estaba limpiando el tractor seguía en la misma faena, que vuelto de espalada no se apercibió de mi despedida ni siquiera de mi llegada, lo cual es un signo de la tranquila vida sosegada en el trabajo. Tañeron las campanas de las doces que me obligan a doblar la cabeza y a mirar al campanario y recordar a las tres samaritanas, ya lejano, ya sonoro, ya distantes, adiós, hasta pronto...
De Xinorlet fui a Monóvar. He de decir que Xinorlet es un pueblo tranquilo donde la paz tiene su sofá. Aquí he de volver.
Algunos datos y personajes de Xinorlet
Xinorlet tuvo su máximo esplendor en el año 1910 cuando llegó a un censo 434 habitantes de hecho. En la actualidad hay censadas unas 150 personas, que en época estival se duplica. Hay una ruta ecológica del Xirivell, un recorrido perimetral por el campo pasando por casa del Xirivel, de donde toma su nombre la ruta. Si leemos la descripción de la ruta en su página web de la Asociación de Vecinos, nos informaremos de la historia, de la flora y de los caminos consagrados a la tranquilidad y al paisaje de esta zona paradisíaca, hasta llegar a un embalse que le llaman el pantano. También podemos leer la historia de la Ruta de Chirivel cuyo autor en José Manuel Mateo Grao.
En Xinorlet hubo un famoso maestro que se llama don José Picó que nació en Pinoso el 19 de enero de 1917. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Magisterio de Alicante, graduándose en 1936 con el número 1, y comenzó sus prácticas en el Chinorlet, hasta que fue movilizado en 1937, y destinado al futuro frente de Teruel, hasta el final de la guerra civil. En 1939 se reintegra como maestro a la escuela de Chinorlet, y en 1945 gana las oposiciones y se traslada a Cañada del Trigo, con plaza en propiedad, donde estaría 30 años. Ahora, en 2002, el alcalde de Pinoso le concedió el escudo de oro de la villa.
La actriz y periodista que fue del Canal 9 Pilar Algarra nacíó en Xinorlet 1964, trabajó como actriz en el montaje de Pinocho, de Bambalina Titelles. Dirigió la obra La vida de un acto en el Paraninfo de la Universidad de Alicante y en París.
MONFORTE DEL CID Y ORITO
7. MONFORTE DEL CID Y ORITO
Por Ramón Fernández Palmeral
7.- ORITO Y MONFORTE DEL CID
Ubicación geográfica
Monforte del Cid está situado en la comarca del Medio
Vinalopó, a 22 km de Alicante muy bien comunicado con la A-31, tiene una
superficie de 79´23 km2. A 4km al Este de la población se encuentra la pedanía
de Orito, importante centro de peregrinaciones en torno a la figura de San
Pascual Bailón. Sus principales actividades comerciales son la industria del
mármol y la uva de mesa. Posee un amplio un complejo industrial muy bien
comunicado.
El término municipal
se halla dentro del valle excavado por el río Vinalopó y rodeado de sierras
donde destacan la Sierra del Cid (1.103 m) y la de las Águilas (555 m).
Historia
Su nombre
original era Nompot que luego pasó a ser Monfort (montaña fortificada).
Hasta que a finales del s. XVII se castellanizó para ser llamada
Monforte, pero al coincidir con Monforte de Lemos (Lugo), se le añadió el
apelativo “del Cid” a principios de siglo XX. Es mi opinión que estas
poblaciones por su similitud de nombres se deberían de hermanar. Lo de “el
Cid”, se tomó por la Sierra del Cid que se levanta en sus inmediaciones.
Nada tiene que ser con el Cid Campeador, sino con la aledaña la sierra del Cid,
que se encuentra al norte del término municipal. Es una villa Real. De origen
es ibérico, en 1974 fue hallado un toro ibérico en un paraje cercano al río
Vinalopó, a este hallazgo hay que unirle el de la Lápida Romana que demuestra
también la existencia de una antigua ciudad romana en las proximidades del río
(ambos restos se hallan expuestos en el Ayuntamiento).
Tiene 5.864 habitantes
en el censo de 2004, predomina el castellano. El genitivo es: monfortinos. En
1860, la población era de 3.786 habitantes, lo cual demuestra que la progresión
no ha sido muy tan grande como en las otras grandes urbes del Vinalopó: Elda,
Novelda o Petrer. Para más información histórica, turística y gastronómica,
recomiendo visitar las páginas de La Isla de Interior:
La alcaldesa es
doña Antonia Cervera Carrasco (PP). Este pueblo sacó
tres concejales de Izquierda Unida y otros tres del PSOE, pero el PP tiene 7
concejales.
Fiestas
Por lo general es un pueblo
festero y alegre, lo que demuestra su salud mental y económica. Las fiestas
patronales se celebran del 5 al 9 de diciembre en honor a la patrona, la
"Inmaculada Concepción". Coinciden Fiestas Patronales con Fiestas de
Moros y Cristianos. Hay tres comparsas independientes: moro, cristiano y
contrabandistas, desde 1968, desfilan independientemente, aunque la tradición
los remonta al siglo XVI, donde se celebraban Alardos Festeros. La mujer se
integró en 1947.
La Romería de San Pascual se
celebra el día 17 de mayo, una peregrinación que sale de Monforte y
acaba en lo alto de la Sierra de las Águilas, en la Cueva de San Pascual,
llegando a congregar hasta 100.000 personas.
SINGLADURA
Orito
Salí de
Alicante a las 9´30 horas del día 25 de marzo de 2006, por la A-31
dirección Madrid, pasado el desvió para el Club de Golf Alenda, un campo de 18 hoyos, y pasado el
puerto de Portichol que ni es puerto ni nada que se le parezca porque tiene 300
metros de altitud sobre el mar de Alicante, y a la derecha encontramos un
cartel de señalización para salir hacia el "Santuario de Orito". Tomé
el indicado desvió, pero nada más pasar el stop encontré un cartel a la derecha
que indicaba la subida a la cueva, ¿qué cueva me pregunté? Ahora me acababa
de enterar que por aquí había una cueva y yo imaginé una cueva como la de
Nerja o del Drac o Aracena. Tomé la carretera a través de una
urbanización de duplex, creo que es Residencial Orito, tras sortear varias
redondas tomé un camino forestal que llora porque lo arreglen de asfalto, hasta
que nos ampara un trozo de camino recién asfaltado que viene de
Orito, de buen firme nuevo. Ya desde abajo se veía sobre el cerro de las
Águilas una escultura de gran tamaño y una edificación de piedras. Es punto
geodésico. Subía y subía por la insidiosa carretera de curvas entre pinos
que juegan en las laderas inyectadas de hierbas silvestres: romero, cantueso,
espliego... Me encontré a tres peregrinas, devotas camineras, se pararon
a mi paso y me miraron con ojos lastimeros. La gran imagen se agiganta al
aproximarnos a ella como una sombra alargada, mientras aparece y desaparece de
nuestra vista por culpa de las curvas ligeramente inclinadas. Al final de la
subida, asombrosa se alzó ante mis ojos la gran imagen de un Santo de pie
coronado sobre un pedestal que, por la mística visión, con el sol a la espalda
que le corona de luz solar, me obligó a parar y a aparcar el coche en la
cuneta. Salí del Nissan Almera armado con mis dos cámaras de fotos
e inicié mi safari. Mientras robaba imágenes, más que tomaba
fotos llegaron intermitentes grupos de ciclistas sin aliento, unos llegaron
primero alegres y otros después tronchados de fatigas y piernas rotas y el
corazón en el manillar. El municipio monfortino organiza además la: “Ciclo-ruta internacional ruta del mármol y la uva de
mesa”. Debajo de la
imagen, en el pedestal poliédrico, leemos una leyenda que nos habla de su
construcción por sus fieles devotos el 4 de mayo de 1997.sus autores son Pilar
Mir y Ruaja. (Pilar Mir y Ruaja son los mismos que firman el
monumento al trabajador de la piedra natural en Algueña). Los escultores
me causan mucho respeto y procuro anotar sus nombres.
Los ciclistas subieron
hasta las edificadas escaleras sobre la cúspide del rematado monte con el
aspecto de una especie de ermita, allí dejaron las bicicletas amontonadas y
ellos se sentaron en los escalones a tomar el agua de sus botes reconstituyentes
e isotónicos. Desde arriba hice unas fotos panorámicas desde donde se pueden
ver los cerros de El Cid, al Norte, las localidades de Monforte, Elda,
Novelda, Aspe, Monóvar, casi todo el valle del Vinalopó. Y al Sur Sierra de
Foncalent y un trozo de Mediterráneo con la luz reflejada y destellante.
Ya estoy en la
llamada Cueva de San Pascual. Desde el Quemadero de Velones, desde
aquí parte la ruta alicantina del Camino de Santiago, increíble pero cierto, lo
indica un azulejo en la pared donde se ve una vieira dorada, símbolo de este
camino medieval y santo. Hasta Santiago de Compostela (1.000 kilómetros).
Cuanto entré a la ermita/cueva me quedé muy asombrado, admirado y culpable de
mi ignorancia, el de que un alicantino de adopción como un servidor,
que lleva aquí desde el año 1990, dieciséis años en Alicante, todavía no
había venido a mostrar sus respetos a este paraje privilegiado paraje de
silencio, de panorámicas estratégicas, privilegiado en paz viviente y
tranquilidad espiritual. La edificación es de piedra vista, mimetizada con el
paisaje árido, en juego complementario con el color de las tierras ocres y
tierras siena y grises de gato persa, y caminos que flagelan las lomas,
elevado como una estación de esquí se alza la ermita sobre la roca ocre,
donde podemos ver el Quemadero de Valones (una especie de sala de exposiciones
con fotos de San Pascual), que fue un fraile franciscano.
Subí los últimos
escalones, rodeado de ciclistas muertos, bajo un arco de medio punto se
abre la puerta con dovelas. El interior no es muy amplio, a la izquierda
tenemos la pequeña cueva, una cueva iluminada por luz eléctrica, protegida por
una verja, cuya puerta está abierta, en el interior abundan las macetas con
vistosas plantas de florestas y macetas, algunas de interior como la hoja
calada, de lirios y de un verde que se ponen a los pies del Santo, pequeño
y modesto altar que se ve de bloques de cemento, y encima la imagen del Santo
al tamaño natural de un mortal, con hábito de franciscano con el cordón del
flagelo a la cintura y con la manos abierta en un esperado abrazo. Eché mi
limosna secreta en el cepillo situado a la izquierda y tomé un prospecto
con el horario de las misas para los años 2005 y 2006 (una por mes), más
una pequeña biografía de San Pascual el humilde pastor de este valle ahora sin
lágrimas que desde hoy veo que es sagrado, el sagrado valle del Vinalopó,
regado por el sudor del trabajo del hombre y el esfuerzo de las pesadas piedras
de sus muchas historias.
El prospecto muestra
en la portada la imagen de San Pascual de Orito, se cuenta con cariño,
que San Pascual Bailón (Baylon) nació el 17 de mayo de 1540 y vivió cincuenta y
dos años, hasta el 17 de mayo de 1592. Leo: “Procedente de Aragón llegó
muy joven a estas tierras, pasó sus primeros años como pastor, conduciendo el
rebaño de un vecino de Monforte, por los mismos caminos que recorremos hoy los
peregrinos que cualquier lugares. Por eso, al detenernos en cualquier lugar de
la montaña o de las sendas entre Monforte u Orito, podemos tener la casi
seguridad de hacerlo en el mismo lugar que el santo. Tratemos de rezar con la
misma fe que San Pascual…” Este santo también estuvo en Francia.
Allí dentro de la
sagrada ermita cueva, nido en el Cerro del Águila, en amada soledad que nos
fortalece, dando rienda suelta a la imaginación espiritual de los ascetas y
ermitaños, encontré a las tres mujeres peregrinas sentadas, ya habían
llega a pie calzado de zapatilla deportivas, al menos desde Orito. Las mismas
que vi subir caminando. A una de ellas le pedí que me sacara una fotografía
como testimonio de mi paso por este cerro cubierto de espiritualidad y
reflexiva devoción. Luego bajé hasta un rellano, donde un jardinero, fuerte y
con barba blanca oraba más que canturrear entonaba esas canciones propias de la
comunión en la misa, era algo en gregoriano, por lo que me daba la sensación de
que era algún religioso o beato pobre porque el coche que tenía era un Seat
Marbella celeste, de lo que ya no se ven. Al verle tan feliz, en aquel lugar
de culto y misticismo me di cuenta que para ser feliz solo hay que dedicarse a
cuidar plantas y a no desear grandezas
-Buenos días,
¡qué bien cuidado está todas las plantas!, a mí me gusta contemplar a los
espinosos cactus, longevos, perennes, adaptados al medio hostil.
-Sí es que los cactus
tienes unas flores muy bonitas, todas las flores lo son pero estas lo son más
si cabe porque son flores de un día.
-Pues creo que hay por
la Marina Alta un jardín botánico de cactus.
-Sí, lo he oído, creo
que es en Denia, -me dijo el jardinero, pero yo no le contesté porque no tenía
certeza de ello.
Aunque era un hombre
de pocas palabras, que pronunciaba muy bien el castellano, no era un
agricultor, sino que sentí, tuve la sensación de que era un hombre de Dios.
Cuando le pregunté si venía mucha gente, me respondió que suelen contarse unas
4.000 personas al mes. Luego confesé que viviendo yo en Alicante, ahí tan
cerca, era la primera vez que venía. “Sí suele pasar mucha gente viene y se queda
sombrada, pero lo que más vienen por aquí con gentes del valle del Vinalopó”. A
la pregunta de cuándo se había construido todo aquel emporio, me respondió que
sobre 1984.
Bajé
a Orito por donde había subido y llegué al Santuario de la Virgen de Orito,
situado en una amplia plaza con una cruz en el centro, una cruz de piedra con
floresta, debe tener su significado que yo no sé cuál es. Cerca de donde
aparqué se ve un gran azulejo en la pared que anuncia La Senda de San Pascual. Allí hay un Albergue Juvenil del
peregrino, vi a un grupo de niños que subían con gran escandalera
para las habitaciones superiores a la voz de una cuidadora. La iglesia estaba
cerrada, aunque a misa diaria las 8`30 horas.
El Santuario de Ntra.
Sra. de Orito y de San Pascual fue erigida por los frailes franciscanos
alcantarinos (San Pedro de Alcántara), sobre las ruinas de la ermita de la
Natividad, a raíz del hallazgo de la diminuta imagen de la Virgen de Orito
(42mm) en 1555. Tras este hecho se funda el Convento de Orito o de San Pascual
en 1562, cuya construcción finalizó en 1607. Más tarde se incrementó la
devoción popular al tomar los hábitos el humilde pastor al que hoy se venera
como San Pascual Bailón, que tiene muchos devotos en Monforte.
Cerca de la puerta del
convento veo una hornacina con la figura de un bajorrelieve de piedra de
un pastorcillo arrodillado ante Jesús Sacramento (un corazón iluminado).
Este pastorcillo tiene una corona por lo tanto no puede ser otro que San
Pascual arrodillado. Entré por una puerta bajo un frontón con escudo de piedras
dos manos cruzados y una cruz también de piedra. El zaguán es de los
típicos de los conventos, tiene una campanilla para llamar, la decoración en la
pared es la de un fresco en muy mal estado dos frailes custodian al busto de
una Virgen en el centro, una Virgen Inmaculada de medio busto, rodeada de
una orla que dice en latín: "Damen ta eivs in his montibo santctis
psalm 86..." La leyenda continúa pero no se puede leer porque se ha
borrado. Me hubiera gustado hablar con el hermano encargado de los
archivos del convento de San Pascual ya que me consta que cuando desapareció el
convento de los capuchinos de Orihuela en 1980, en el barrio de Bariloche, se
llevaron la Divina Pastora y documentos de los archivos al
Santuario de Orito.
Acabada mi rápida
vista bajé por unas escaleras al bar de Orito, habían llegado los moteros y los
mismos ciclistas que había subido a la ermita cueva de San Pascual,
y no entré al bar. Decidí dar por concluida la visita al Santuario de Orito,
aunque es lástima que no pueda saber más de este Santuario de Oritos, que
merece sin duda una visita mucho más detenida.
Salí de la pedanía de Orito y tomé
el desvío de Espejeras, pensé que me encontraría una aldea, pero no, Espejeras
son cuatro masías nuevas y un par de ellas muy viejas, muy interesante por un
arco que tenía en una de las fachadas. Es zona de cultivo de las parras de uva
embolsada no de vino sino de uvas de mesa. Desde lo alto de una gran
balsa se ve la localidad Agost, a la protección de un cerro picudo de
Sierra de Castellar. Luego tomé el camino de Monforte y dejé Agost para otros
viajes.
Monforte del Cid
En España existe otro
Monforte, que es Monforte de Lemos, en (Galicia) Entré en la villa de
Monforte del Cid por debajo de la autovía la A-31, el pueblo de Monforte
del Cid llanea en un plano a nivel del terreno, y sobre el único
montículo se eleva la gran iglesia. Es una villa real. Villa valiente de ilustre
nobleza. A la entrada hay una rotonda ajardinada en cuyo centro
crece un monumento de bronce dedicado a la parra, una parra con
doradas racimos de uva porque este lugar es océano de vides célebres.
Debajo del cartel de Bienvenido de Monforte del Cid, se lee el eslogan:
“Generosa tierra y doradas uvas”, parece un verso de Gabriel Miró. Paré ante la
orden de un semáforo, continué el camino hasta donde hallé un gran parque
con altas palmeras, aparqué cerca de un jardín infantil. El parque se ve
nuevo, y desde su centro, como un meridiano cero del Vinalopó, se ve la cúpula
grandiosa de la iglesia, alta como un castillo de la Reconquista, teatro de
grandes y memorables hazañas, con la pila bautismal don de bautizó a Jorge Juan
en 1713.
No sabía el
nombre de la plaza, hasta que pregunté a un grupo de hombres de cierta edad, la
edad madura del saber, que ocupaban los asientos a sotavento.
-Buenos días. ¿Cómo se llama
este parque –pregunté a un hombre mayor?
-Este parque de llama como la
plaza, plaza del Progreso.
-Se ve muy nuevo.
-Bueno, tiene obra nueva,
esto era antes el lavadero del pueblo, allí, donde estaban los chorros de
agua -me señala una fuente- puede usted ver las piedras
del lavadero, aunque antes, el lavadero y el chorro de agua está allí, más en
el centro.
-Usted no es de aquí.
-No, yo soy periodista, y
voy por los pueblos haciendo reportajes fotográficos. ¿Usted de qué quinta es?
–Le pregunté al hombre-
-Yo soy de la quinta del 45 y
tengo 80 años. Aquí en este pueblo hay buenos mozos, ve usted aquel hombre de
allí con el andador, pues ese hombre tienen 96 años. Hable con él y te contara
muchos del pueblo porque tienen muy buena cabeza.
Me acerqué hasta ponerme a
la altura del hombre de 96 años, sentado junto a dos hombres más, tenía un
andador a mano., porque según me dijo que había fracturado la cadera.
-Me ha dicho que es usted
uno de los más viejos de Monforte, entonces, usted estuvo en la guerra civil.
-Sí señor, yo tengo 96 años y
estuve los tres años de la guerra en la Defensa de Madrid. De Monforte nos
fuimos cuatro voluntarios, hijos de papá, gente de ideas... Estuve en
Artillería con cañones montados sobre ferrocarriles, mire la foto
de cuando yo estuve en la guerra. Luego, de Artillería me destinaron a
Infantería.
Y el hombre abrió la
cartera y me enseñó una foto diminuta donde se veían tres soldados,
entre ellos él. Si el hombre tenía 96 años como aseguraba, entonces debió nacer
en 1910, el mismo año que el poeta Miguel Hernández, y le lancé la pregunta que
se me vino a la cabeza porque lo importante no es preguntar sino la réplica.
- ¿Pues, a lo mejor
coincidió usted en Madrid con Miguel Hernández?
-No le conocí pero yo le
puedo recitar de memoria poemas que escribí allí, y publiqué en una revista.
Estuve en Guadarrama, pero el peor de todos los frentes fue el de Jarama.
¿Y usted como se llama?
-Me llamo Francisco
Limiñana, este apellido abunda mucho en Monforte. Porque aquí hay gente de
todas partes, ese de ahí es de Baza y este –se refiera a uno con boina,
es gallegos, y ahora, como e han venidos muchos inmigrantes árabes. Cuando yo
nací el pueblo tenía 3.000 habitantes y ahora tiene 7.000.
La memoria de este
hombre me asombraba, por su claridad y su lucidez de ideas, era una
enciclopedia abierta, la historia oral de este pueblo. Lástima que no pudiera
yo tener más tiempo para dedicarle, pero en el futuro tendré que venir otra
vez, para hacerle una página web de la biografía de este hombre.
-Limiñana, se llamaba de
segundo apellido don Álvaro Albornoz Limiñana, ministro de Gracia y Justicias
en tiempos de la República, a lo mejor lo conocía usted
-No, yo no conocí, a ese
señor.
-Pues a ver si un día vengo
a Monforte y hablamos despacio –le dije, a lo que me respondió que cuando
quisiera, y esto queda en pie.
Y así fue como
me despedí de don Francisco Limiñana, cuyo segundo apellido no recuerdo, pero
todo se andará y no será difícil encontrarle en Monforte.
Luego fui a
tomar un refrigerio, allí mismo, y entré el bar Mayka, se asombró ser a tantos
hombres jugando al dominó cinco mesas y una al parchís, claro que estos juegan
al dinero, porque nadie juega al parchís por deporte. Este bar es como un
Centro Socia de Monforte, porque había casi unas 30 personas. Pedí al
camarero una caña con un pincho de tortilla pagué 1.50 €, un verdadero
regalado. El camarero era un chico joven con gafas y perilla, eficiente. Una
clienta, que estaba almorzando, le llamó Carlos. Había dos máquinas tragaperras
con un ludópata.
Cuando salí del bar
caminé por las calles de la Cruz, Hernán Cortés, que está en obras y subí
por una rampa hasta las plazas (varias plazas) alrededor de la iglesia
barroca de Nuestra Señora de Las Nieves, a mí también me espanta esta grandeza,
que se erigió sobre una antigua mezquita, situada sobre un promontorio, un
emplazamiento que me recordaba a la iglesia de Hondón de las Nieves, también
sobre un promontorio, lo cual la eleve y la alza, hasta los cielos con gran
gloria y grandeza. La portada es del maestro cantero alicantino José Terol el
Mayor. La torre campanario entre los siglos XIV al XVI, es de planta
rectangular, tiene dos pisos de altura con grandes ventanales, tres de
sus lados se encuentran dentro de la propia iglesia parroquial.
Durante varios años la Escuela Taller INEM Virgen de las Nieves ha
realizado el proceso de restauración. Hay una placa, junto a la puerta de
subida a la torre, que dice que fue con la ayuda de la Mancomunidad y Fondos
Europeos, datado en abril de 1998. Desde la balconada de la plaza se dominan
los barrios que fueron del arrabal de la morería del siglo XIV, que ahora
están en remodelación, y también se ve el barrio cristiano.
En una plazoleta que se
llama de España, se emplaza el Ayuntamiento, remodelado, con gran valor
histórico-arquitectónico, que, aún conserva la primitiva fachada
con tres arcos de sillares del s. XVI, en la balconada ondean tres
banderas y en el centro su escudo labrado en piedra: escudo coronado,
orlado con el vellocino de oro, un castillo en el centro. La puerta
estaba abierta, un ascensor te invita a subir, pero por ser sábado, yo respeté
el descanso. La Policía Local tiene su retén en frente, estaba cerrada.
No pude hacerme de un plano de Monforte. Este Ayuntamiento tiene una página web muy documentada para el turista, no para
el estudioso que necesita más información, por ejemplo el Libro de Catastro
y Riqueza Rustica y Urbana de 1853 o El padrón de 1870, que ya
estudiar M-S- Santos Deltell. Pero para eso está el archivo Municipal de
Monforte en la Biblioteca Municipal, que está frente al Ayuntamiento. Lo que si
oía por la calle era música insistente de un trombón, posiblemente allí
ensaye los alumnos de algún conservatorio o comparsa, porque la música
está muy arraigada por la tradición de las fiestas de Moros y cristianos
que son muy antiguas. Bajé por la calle Ramón y Cajal, hasta la plaza del
Parador, zona de bancos y Cajas de Ahorros, hay un locutorio. Llegué otra
vez al parque donde saludé de paso a don Francisco Limiñana y sus amigos de
charla antigua y paciente sobre aquellos años de la guerra y de la
posguerra.
Monté en mi
coche, y despacio di varias vueltas por sus calles, pasé por la calle donde
tiene su sede la Comparsa de los
Contrabandistas. Porque la fiestas de Moro y Cristianos son muy célebres y de
gran riqueza en trajes, en pólvora y, sobre todo, en organización.
Al final de Monforte hacia Aspe, hay una calle que lleva el nombre del
universal poeta Miguel Hernández. Continué por la derecha hasta dar con
un torreón árabe cilíndrico como las típicas de la vigilancia en defensa de
costas o de la frontera, pero, ésta se hallaba situada en el llano,
en el llano marcado de calles, como un guarda jurado con carabina, como un
recuerdo de su pasado árabe y del emplazamiento privilegiado en el valle del
Vinalopó fronterizo.
Salí por el monumento a Jorge Juan Santacilia, situado en una rotonda, es un momento
al estilo de Sempere, de tubos como imitando a una vela marinera, pero a mí no
me dice nada, creo que es de Andrés Carrasco. La paternidad del marino
español se la disputan Monforte y Novelda, aunque las enciclopedias dicen que
nació en Novelda 5 de enero de 1713, en una humilde casita de El Fondonet.
Rafael Coloma en la página 212 de su libro Viajes por Tierras de
Alicante, dice que “recibió el agua y la sal de la gracia” en la
iglesia de Monforte, porque el día que fueron a acristianarlo el
río Vinalopó estaba en crecida y los padrinos no pudieron pasarlo.
Salí de Monforte,
visité el polideportivo y El Mesón, y tomé camino a Alicante muy satisfecho de
mi viaje por la provechosa singladura de hoy.
Hay un
tipo curioso en Monforte que se llama Juan Aznar, su página web recoge muchas fotos
de Monforte.
Manolo (Garpe)
es un pintor que nació en Monforte del Cid en el año 1929, afincado en Alicante
Capital. Formó parte del Grupo de la plaza Gabriel Miró, la periodista y
crítica de arte Tomy Duarte le dedicó un artículo en Noticias Alicante.
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