Por Ramón Fernández Palmeral
Ubicación
El término municipal de Monóvar o Monòver en valenciano se encuentra en el Medio Vinalopó. Tiene una superficie de 152 kilómetros cuadrados y limita al Norte con los términos municipales de Villena, Salinas y Elda. Al Sur con los de Elda y Novelda, al Este con el de Novelda y al Oeste con el de Pinoso. Dista 34 km. de Alicante, 153 km. de Valencia y 392 km. de Madrid. Buena comunicación con la A-31 y estación de ferrocarril. El término se compone de las pedanías: Cases del Senyor, Fondo, Xinorlet, La Romaneta, Manya, El Derramao, Cases Joan Blanco, Canyades d'en Cirus. La altitud de Monóvar que es de 341m Consultar más datos oficiales en Monóvar en CIVIS. Monóvar tiene 12.624, habitantes en el censo de 2004. El gentilicio es monoveros. Es bilingüe con dominación del valenciano.
Monóvar es un municipio con una importante industria de transformación del mármol y de la piedra natural, manufacturas del calzado y marroquinería, productos agrarios (uva embolsada, vino con DO de Alicante y frutos secos). Monóvar ofrece a sus visitantes un recorrido turístico y cultural, tesoros arquitectónicos: iglesia Parroquia, Torre del reloj, ermita de Santa Bárbara, restos de un castillo, museos (Casa-Museo Azorín, Museo de Artes y Oficios Monoveros), gastronomía tradicional y regional. Goza de un clima privilegiado por su situación en un valle.
Servicios
Monóvar tiene todos los servicios de una pequeña ciudad. Y además la página web más activa y mejor informada de Monóvar y su entorno, es Monòver. com, magníficamente dirigida por Luis Andrés, y donde escriben afiladas plumas como la del novelistas Francisco Peiró y la de José Segorb Mellebrera. Desde aquí mi agradecimiento por su interés en publicar mis artículos. Otra página es MonovarDigital.com muy cuidada y con temas azorinianos.
También se edita en Monóver la «Revista Cultural de la Asociación de Estudios Monoveros», que dirige actualmente José Poveda Giménez, es el cronista Oficial de Monóvar. En el número 33 de septiembre de 2005. 2005, y que tengo en mi poder, dedicado a conmemorar el IV Centenario del Quijote, aquí me publicaron unos dibujos ilustrando un trabajo de Manuel Cifo González «La ruta de don Quijote», sobre el viaje de Azorín a La Mancha.
El Sociedad Cultural Casino de Monóvar, creado por la fusión de otras dos sociedad den 1880 centro que ha cumplido 125 años de su fundación. G. Martínez Mallebrera escribe un artículo sobre «Los Médicos». Múltiples asociaciones de vecinos, cultura y ocio. Varias instalaciones deportivas de fútbol, balonmano y baloncesto. Y el Grupo Espeleológico de Monóvar, se fundó en 1980 y, por el mismo, han pasado unos 100 miembros federados. Agrupación Musical "La artística" que organiza el Festival de Bandas de Música.
Tiene museos y mucho rincones que visitar para el turismo de interior. El archivo Histórico de Protocolos Notariales depositados en el Ayuntamiento, con un valioso patrimonio documental. El Archivo Municipal está en la Casa de la Cultura. Teatro Principal, Cines.
Es famosa su gastronomía, a los restaurantes le llaman "casas de comidas", Son conocidos bar "Ole", "Bar Pepe", "Rincón Taurino", "Quinqué café", restaurante Triblado, que lo nombra el médico, escritor y pintor Juan Rodenas Cerdá en su libro La Vena artística, (sobre la vida del autor teatral alicantino Rafael Bernabeu, con prólogo de Gaspar Peral Baeza, Instituto de Estudio Alicantinos.,2006 (p.25.). Lo mejor es consultar la Guía Comercial de Monóvar. Es una zona donde la gente vive para comer, para saborear la vida con la lentitud del carro de la vida, y la artesanía de sus vinos. Cada restaurante o "casa de comida" es como un santuario donde más que comer son peregrino que cada domingo acuden a cumplir son su santo patrón del arroz con conejo o con caracoles.
Fiestas
Las fiestas patronales en honor de la Virgen del Remedio se celebran del 6 al 10 de septiembre. El último fin de semana de noviembre la Feria de Santa Catalina, con tradicional hogueras.
Monóvar es mora y alegre, festera y musical. La mancha de la mora con otra Monòver-de se quita.
Semana Santa
La Semana Santa de Monóvar tiene gran tradición, inundada de color, desfiles, música y misticismo. La Junta Mayor de Cofradías centraliza las actividades procesionales.
HISTORIA
Comentar la historia de Monóvar la mora, sería extenderse demasiado en este reportaje, donde me limitaré a hacer una breve reseña de algunos hechos más destacados o por su interés histórico. Los Molinos es el asentamiento más antiguo de población que se conoce, existen restos de una necrópolis. Juan de Vilanova i Piera es autor de "La Estación prehistórica de Monóvar", Revista de Valencia, 1882, donde nos habla de los primeros descubrimientos arqueológicos.
Se han encontrado restos humanos en los yacimientos de la Sierra la Vella, a unos dos Kilómetros de Monóvar, en del Calafuig, les Llometes, la cueva sepulcral de La Romaneta, los restos del poblado de la Sierra de la Zafra... Aquí se han asentado los pueblos celtibéricos, los museos arqueológicos de Alicante y Villena como de Aspe dan cuenta de ello. En el Manyar se han encontrado restos de una villa romana. La Calzada Romana que comunicaba el sur de Hispania (Cartago-Nova y La Bética) con el norte (pasando por Tarraco), discurría muy próxima al actual emplazamiento de Monóvar, que venía desde La Romana.
Se desconoce con exactitud el topónimo de Monóver, unos creen que proviene del Latín Mons-Novar, monte-nuevo, puesto que, ya en época romana había un asentamiento urbano en la zona, situado en la vía que comunicaba a Tarraco con Cartago-Nova. Los arabistas creen que procede “manowar”, que significa faro luminoso. Los restos de su castillo, posiblemente una torre vigía, son de origen árabe, sobre esta torre se construyó el castillo por los cristianos en su avance de la reconquista. Sus primeros monumentos son del siglo XIII, Monóvar formaba parte del reino musulmán de Murcia, que era parte del Imperio Almohade, y se encuentra en una zona fronteriza con las coronas de Castilla y Aragón. El Vinalopó siempre fue frontera natural entre castilla y Aragón.
Mediante el tratado de Almizra (1244) se incluyó en la zona de conquista castellana. Ante la sublevación sarracena que tuvo lugar en 1261, Alfonso X de Castilla, se vio obligado a solicitar la ayuda de su suegro Jaime I el Conquistador, el cual recuperó el lugar para el monarca castellana. En 1305 Jaime II dio Monóvar con carácter vitalicio a su consejero Gonçalvo García.
En 1592, la Santa Inquisición le requisó unos libros arábigos a un morisco de noventa años vecino de Monóvar llamado Juan Manai, este estudio es recogido por Juan B. Villar en CMA (Centro de Estudios Moriscos de Andalucía).
En 1609, debido a la expulsión de los moriscos, pierde la totalidad de la población que ascendía a 45 familias moriscas que dependían del valle de Elda, por lo cual en 1611 Ana de Portugal, vigente señora del lugar, dio carta puebla.
Por su apoyo a la dinastía borbónica en la Guerra de Sucesión, Felipe V, acabada la guerra en 1708, le concedió el título de “Muy Noble, Fiel, Ilustre y Leal”, y el privilegio de añadir a su escudo sus símbolos. Monóvar le añadió la flor sobre tres torres. A pesar de esta lealtad los derechos del reino de Valencia fueron tratados del mismo modo que los de Cataluña, partidaria del archiduque Carlos, pues Felipe V, los represalió con los Decretos de Nueva Planta, que fueron un conjunto de medidas de unificación, castellanización y centralización. Estos decretos supusieron acabar con las instituciones de los antiguos territorios de la Corona de Aragón.
Para profundizar en su historia les recomiendo visitar: historia de Monóvar . También es interesante consultar el libro de Rafael Poveda y Carmen Payá sobre la trascripción de las crónicas de Monòver de un manuscrito de Joseph Montesinos de 1810, en el "Compendio Histórico Oriolano".
En vida de Fernando VII y con la ayuda de Cea Bermúdez el marqués de Salamanca fue nombrado alcalde mayor de Monóvar (Alicante).
Consultar Apuntes de la Geografía Médica de la Ciudad de Monòver, 1914, de José Pérez Bernabeu, recopilada por Rafael Poveda.
Los personajes y artistas de Monóver se pueden visitar en una página que mantiene Rafael Poveda y que recomiendo por su gran interés sobre la historia local, la cultura, las artes de este enclave.
También es conocido Monóvar como el lugar donde estuvo la Base Dakar, el aeródromo de la república, entuvo en la pedanía de El Fondón. Por aquí, es por donde salió el 7 de marzo de 1939 hacia Orán el doctor Negrín, Presidente del Gobierno y su equipo de gobierno. El día 5 de marzo, habían salido La Pasionaria, Rafael Alberti y sus esposa María Teresa León, Núñez Mazas, Antonio Cordón, Jesús Monzón y Antonio Moreno.
SINGLADURA
Llegué a la muy fiel, ilustre y leal ciudad de Monóvar procedente de Xinorlet, en la mañana del Jueves Santo del 13 de abril de 2006. Pero antes de llegar a Monóver paré en la explanada de las Bodegas Santa Catalina del Mañan y compré una bolsa con dos botellas de vino, una era un reserva de 1999, roble nuevo, Torrente del Mañá, y la otra botella un moscatel Gran Mañan, por las que pagué 7.5 €. Le pedí a la dependienta, alta, morena y bien arreglada, que me diera un catalogo de la bodega para informar a nuestros lectores en este reportaje, pero me dijo que se le habían acabado, en fin, otro día será. Lo único que me pude llevarme fue “La guía de servicios y negocios” de la zonas del Media del Vinalopó, editada en español y en inglés. Me conformé con hacer una fotografía de los barriles para unir al reportaje fotográfico.
Llegado a Monóvar bajé por la avenida de la Ronda Constitución y di la vuelta en la gasolinera de Petronor, Santa Cruz S.A., desde aquí se ve la casa-cuartel de la Guardia Civil, que semeja un castillo, está muy bien para una edificio público, oficinas y departamentos pero no creo que los pabellones de estos viejos acuartelamientos sean muy habitables para los guardias de adecuados al modo de vivir de los tiempos actuales. ¿Cuándo le harán a la Guardia Civil de Monóvar un cartel nuevo con oficinas y dependencias acordes con los tiempos, y además para que los monoveros sean atendidos con más y mejores servicios? La permuta de este edificio, que sin duda se podía adecuar para museo arqueológico o de arte moderno, por un acuartelamiento nuevo, sería una sustanciosa ventaja para Monóvar. Luego no se quejen los ciudadanos cuando se lleven el cuartel a otra población que los acoja mejor, porque las casas-cuarteles del Vinalopó se caen a trozos. Ya pasó con Alcoy que perdió la Compañía y se la llevaron a Ibi.
En la gasolinera di la vuelta para entrar por el carrer de el Españoleto, más que calle es un una callejón tapiado sin números de casas, una pena recordar de esta manera tan pobre a un pintor valenciano del barroco nacido en Játiva (Valencia) en 1591, de nombre José Ribera, fallecido en Nápoles en 1652, y autor, entre otros famosos cuadros de “El Martirio de San Felipe”. Cruzando el callejón llegué a la calle Mayor y bajé por ella hasta encontrarme con un gran cuadro de un Cristo crucificado protegido por un cristal bajo una cornisa de tejas que le sirve de amparo y de techumbre, una gran imagen sobre el lienzo de la fachada de piedra vista que deja paso a una plaza del mismo nombre. Aquí me detuve, sin más remedio, llevado por un misticismo y una grandiosidad religiosa urbana y me hice preguntas a los pies de Cristo. Un Cristo corona de espinas que suplica que acaben con su dolor, mientras los cofrades hacen latir el tambor de sus corazones. Esta plazuela se halla al lateral del el ex-convento de los Capuchinos y Asilo de Ancianos Desamparados y además se ve la cúpula de una iglesia.
Iglesia ex-convento de Capuchinos
Aparqué junto a lo que es una especie de plaza, frente se construye un edificio nuevo de ladrillos rojizos, y al lado hay un solar de derribo, porque en poco tiempo, en Monóvar pasará como en Alicante, el casco viejo desaparece y lo viejo es derribado en lugar de optar por la restauración, luego nos quejamos de que hemos perdido nuestro Patrimonio arquitectónico, pero es que los intereses de las constructoras y de los Ayuntamientos, doblan cualquier voluntad de resistencia a la conservación. ¿Qué hubiera pasado con la Casa-Museo de Azorín, o con la Casa Modernista de Novelda, o con las murallas de Luego o Ávila, si hubieran seguido el golpe de la piqueta y de la cultura del ladrillo? Y es que la ignorancia de nuestros antepasados, por ejemplo, en Mérida tomaron las murallas y el teatro romano como verdaderas canteras de extracción de piedra para construir nuevas casas, y ya no digamos de los intolerantes cristianos viejos cuando derribaron las mezquitas para construir iglesias como en Córdoba, la catedral se construyó en el centro de la mezquita, menos mal que la mezquita era tan grande que quedó parte sin poder ser destruida, de hecho, Carlos V se lamentó y se arrepintió de haber autorizado semejante ignominia.
Sin duda alguna aquellas gentes eran unos intolerantes y unos ignorantes, que no debemos imitar. A los Ayuntamientos les cuenta poco lanzar un Edicto con arreglo al art. 59.4 de la Ley de Procedimiento Administrativo y derribar a diestro y siniestro.
La fachada del ex-convento parece un paredón de fusilamientos, da pena mirarla, los graffiteros han usado su piel como un lienzo, en la plaza me pongo a llorar a lágrima viva sin consuelo. El gran escudo de piedra sobre el dintel se desmorona lento y callado, corresponde al Duque de Híjar (Aragón) que tuvo propiedades por todas estas tierras del Vinalopó. La pedanía Casas del Señor eran de su propiedad, por ello el nombre completo sería Casas del Señor duque de Híjar. Y también era propietario de tierras en el valle de Júcar, y como quiera que existía el Real Privilegio del Rey D. Martín el Humano, de 16 de enero de 1404, sobre derechos y regalías sobre tierras del reino de Valencia, es el duque de Híjar quien usa este privilegio en el siglo XVIII, y toma agua por el azud de la Acequia Real de Alcira, que se inició el 26 de agosto de 1767. El duque pidió a sus vasallos, título de indemnización, que las aldeas, villas o alquerías nuevamente reducidas a regadío se obligasen a pagarle la vigésima parte de todos los frutos, la llamada “vigésima” y hubo tumultos en Algemesí, demolición de las obras y, sobre todo, pleitos y más pleitos en el Tribunal de las Aguas.
El escudo del duque en el dintel del ex-convento es de piedra labrada, de gran tamaño, es más que escudo un pendón genealógico de familia. Tiene forma de escudo gótico apuntado, de los llamados equipolados, divido en 16 campos, donde aún se aprecian las cadenas de Navarra, el guión..., encima la cimera que ha sido destruida, normalmente, era un águila imperial con las alas desplegadas, situado sobre el yelmo que le daba dignidad de caballero, apenas se distingue el casco ni la visera ni la babera, está adornado por lambrequines laterales. Los duques de Híjar procedían de Aragón, del Señorío de Híjar. Sobre la fundación del convento nos habló Joseph Montesinos en 1810.
La recia puerta del convento está de pena, se cae. Hay una cartel de esos que anuncias obras de remodelación tan viejo como el propio convento, pero dónde están los dineros, adónde habrán ido a parar. El ex -convento de Capuchinos fue fundado en 1729 cuando monjes de esta Orden tomaron una casa para hacer un hospicio bajo el patrocinio del duque de Híjar, sin embargo, el convento y la iglesia no se comenzó a construir hasta 1743. Aquí se formaron misioneros que fueron a evangelizar el continente americano. Pero con la desamortización de Mendizábal despareció el convento y quedó la iglesia a la advocación de la Virgen del Pilar. Las sucesivas desamortizaciones dieron un duro golpe a nuestro Patrimonio Nacional, debido sobre todo a las debilidades de una monarquía isabelina metida en una guerra carlista y en revoluciones como la de 1868 que acabaron en la I República.
La Cofradía del Stmo. Cristo Crucificado de Monóvar, con sede en calle Segura 48, se remonta a 1940 de la mano de D. Octavio Férris Cárdenas y un grupo de jóvenes monoveros. La primera Junta Directiva de la que se tiene constancia estaba compuesta por: D. Octavio Ferris Cárdenas como Hermano Mayor-Presidente; José Vidal Iborra, Vicepresidente; Juan Blanes Pina, Secretario; José Cerdá Luz, Tesorero; Juan Torregrosa Llorca, Mayordomo y los hermanos José Mª Tormos, José Pérez y Leopoldo Pastor como vocales. Tiene página web: www.elcristocrucificado.com. Sale el Jueves Santo y le llaman la Procesión del Silencio. En esta página podemos leer un bellísimo poema dedicado al Cristo Crucificado de Matías Deltell Maqueda.
Hacia la plaza La Sala
-Oiga por favor ¿para ir al Ayuntamiento? –le pregunté a una mujer joven, morena, con rasgos de ser ecuatoriana, que venía del mercado con la compra porque allí, al lado, está el Mercado Central.
-Bajé toda la calla, pasará por el Casino y llegará a una plaza, no se perderá.
Le hice caso a la mujer y, sin problemas pude aparcar en la plaza del Ayuntamiento, cosa rara, pero hay que tener en cuenta que era Jueves Santo, al bajar del coche me encuentro a la derecha la calle Azorín, antes calle Cárcel donde nació José Martínez Ruiz en 1873, en el número 5. Rafael Coloma dice que se llamaba calle Prisión, según su libro Viajes por tierra de Alicante, de 1957, que al fin y al cabo es lo mismo que Cárcel, donde escribe:
“Frente a la fonda hay una calle. La plaza que la rotula es de mármol blanco. Se llamó de la Prisión; después, de Andrés, ahora de Azorín. Hay que bajar dos peldaños para entrar en ella. Es una calle silenciosa, corta, toda pavimentada de losas. Casi al final de la rúa, a mano izquierda, entrando por la plaza del Ayuntamiento, verás una casa grande, fachada de yeso tostado, ancha puerta entre dos rejas altas, tres balcones en el primer piso y tres ventanucos ovalados arriba. En la fachada, una plaza de mármol rosa te dice que “El 8 de junio de 1873 nació en esta casa el insigne escritor Azorín”. En la calle hay un estando; vive un peluquero llamado Salvador; tiene su botica el licenciado Bellot; se anuncia en un rótulo, como dentista, un tal Albert…”(página 218).
Actualmente, en la fachada del la casa natal de Azorín podemos leer el mismo letrero que ya viera Rafael Coloma. Conserva los número 7 y 9 en la la fachada, que como se puede ver en las fotos del reportaje, está que se cae a trozos, tiene grietas por todas partes, dan ganas de llorar o rezar un rosario, se encuentra en un estado lamentable casi en el tercer o cuarto mundo de la cultura, creo que ya es irrecuperable. ¿Cómo es posible que la Dirección General del Patrimonio Cultural de la Generalita Valenciana no la haya comprado y rehabilitado, o el Ayuntamiento de Monóvar? O es que hay que dejarlo todo en manos privadas como la CAM que compró la Casa-Museo. A alguien se le debería caer la cara de vergüenza. ¿Cómo es posible que la casa natal de unos de nuestros escritores más universales y emblemáticos se caiga a tozos? Si estuviéramos en otro país de nuestro entorno europeo seguramente esto no pasaría. Lo mismo sucede con la casa natal de Miguel Hernández en Orihuela, la compraron el Patrimonio Cultural de Generalitat Valenciana y todavía no se ha puesto un saco de cemento. Pero qué hay que hacer en este país para que se conserven las casa natalicias de nuestros escritores más insignes, de los cuales no paramos de hacer comentarios, artículos y Congresos, y en cambio, no hacemos nada para conservar estas casas donde sus madres se desgañitaron a gritos y dejaron los suelos manchados de sangre y de líquido amniótico, donde fueron lavados, donde les pusieron los primeros pañales, donde dieron sus primeros pasos... ¿Acaso no les debemos nada?
Cuando Azorín nos habla de Monóvar en Superrealismo (1929), son dice que "el Ayuntamiento: sillares y sillares amarillo. El jardín del casino y la chimenea de una fábrica". Esta torre es una fábrica de albarería y se ve casi doblada.
El Ayuntamiento estaba cerrado, el edificio tiene tres alturas, dos plantas sobre una planta baja, la fachada se reviste de losas, en la primera planta hay dos ventanas y un balcón corrido de tres puertas, en la planta segunda hay tres pequeños balcones, y encima del tejado una especie de torre cuadrada con pararrayos que pincha al cielo. Empezó a construirse en 1845 sobre otro antiguo edificio del que tan sólo pervive una vieja placa de mármol blanco situado a la entrada, a nuestra izquierda, que dice: “Casa Consistorial y cárceles del pueblo”, es lo único que queda visible de lo que era el viejo edificio: una cárcel con la Sala del Consejo municipal de 1682, por ello, esta plaza se llama de La Sala, que sin duda debería añadírsele del Consejo.
El Ayuntamiento de Monóvar tiene página web muy bien informada. Nos dice que está constituido por 17 concejales y su alcalde en don Salvador Poveda Bernabé del PP. En el centro de la plaza se eleva un poste de hierro colado negro con cuatro brazos que sostienen cuatro farolas de estilo modernista, y una farola superior (cinco en total). En lo que es la acera del Ayuntamiento hay cuatro bancos de madera y en cada uno se sientan hombres en la tertulia mañanera. Yo me acerco hacia ellos para preguntar si hay cerca alguna oficina de Información de Turismo, me dicen lo que sospechaba, que no, que el Ayuntamiento está cerrado, pienso que debería haber algún cartel indicador sobre esta importante información la ara los viajeros despistados como yo, pienso que a lo mejor la oficina está en Casa de Cultura, en calle Demetrio Poveda.
¿Dónde está la oficia de Información y Turismo de este pueblo?, me pregunto. Sin embargo, Novelda tiene una esplendía oficina de Información turística en el Centro Cultural Gómez Tortosa, en el que estuve la semana pasada. ¿Es que acaso Novelda más pueblo que Monóvar, no lo creo? A lo mejor es culpa mía por ir un Jueves Santo cuando todo el mundo disfruta de vacaciones y visitando pueblos o las playas del Benidorm. Uno de los hombres, buen samaritano de edad gastada, me informa que a lo mejor en la agencia de viajes de la esquina, en frente del Casino, tienen algún plano. Yo sabía que quedarme sin plano era mermar mi singladura, pero como la indicación del hombre tenía buena intención me acerqué a la agencia de viajes, era buena idea, lo normal es que las agencias de viajes tengas planos, muchos planos de todos países, sobre todo de Cancún. Iluso de mí es Jueves Santo y estaba cerrada. No obstante aproveché para sacar algunas fotos a los jardines del Casino, de alto pinos, es un hermoso edificio modernista donde se alberga la Sociedad Cultural de Monóvar, creada en 1880, tras la fusión de dos sociedades: "Casino del Teatro" y "Círculo Agrícola". Lugar que tantas veces visitara el indiscutible maestro del estilo, Azorín, los caciques monoveros, algunos médicos fueron presidentes del Casino. Al lado se abre la Plaza Pompó.
Desde el Casino entré de nuevo en la calle Mayor, subí por calle Argentina hasta encontrarme con la calle de Salamanca, a la izquierda, que donde se encuentra en el nº 6 la Casa-Museo de Azorín, patrocinada por la CAM, pero como yo esperaba, estaba cerrada, me acerqué a hacerle unas fotos a la puerta y a la ventada, desde la cual, se ve a Azorín con un libro en las manos. Hace unos días se cerró el ciclo de conferencias y exposiciones "El cine que vio Azorín". Me hubiera gustado saludar a don José Payá, su director, porque me guarda un ejemplar de "Anales Azoriniano" número 9, además es autor de numerosos artículos sobre la historia de Monóvar y sobre la vida de Azorín. Como devoto azoriniano que me considero, aunque no tenga títulos ni doctorados que me respalden, estuve invitado al 135º aniversario del nacimiento de Azorín con un acto celebrado en la Casa de Cultura; además de haber asistido a lecturas del I Centenario de La ruta de don Quijote y a la clausura del Congreso Internacional: La herencia de Azorín en el Teatro Principal, donde tuve al oportunidad de saludar, entre otros intelectuales alicantinos a don Vicente Ramos, y, a la rapsoda Manuel Amat de Aspe.
En fin, recuerdos nada más, esta casa-museo es digna de ser objeto de nuestra atención más detenida y ser visitada por dentro, donde podemos encontrar enseres y objetos del maestro y valiosos fondos bibliográficos. La Casa-Museo edita los "Anales Azorinianos·". Consultar aquí una visita mía en el 2005 con ocasión de un viaje para escribir Buscando a Azorín por la Mancha, Editorial Palmeral, Alicante, 2005. Creo que se han olvidado de la figura de Paco Mira, el impulsor verdadero de la Casa-Museo, aquí adjunto una entrevista que le hizo la periodista Ángeles Cáceres para el diario "Información". Vicente Ramos fue el primer director, luego le sucedió don José Paya Bernabé desde el 1 de Enero de 1985. El primer conservador fue Pepe Albert Herrero, ya fallecido, una excelente persona.
No quiero continuar mi singladura sin recordar ni recuperar dos páginas del ya referido libro de Rafael Coloma que nos habla de su visita a Monóvar que hizo en una galera tirada por una caballería de tiro, ver páginas 220 y 221.
Desde la calle de Salamanca pasé a una plaza amplia, grande, con jardines, que se llama de la Malva, que siguiendo la tradición de los derribos no hay mucho que ver, sino paredes viejas con huellas de donde ante estuvo una cocina o un comedor o la salita donde dormía la abuela; en un hueco unos gorriones han puesto su nido, y se escucha el piar estridente de los gurripatos, y ahora, los coches descansando en los solares. Unos empleados de jardinería del Ayuntamiento regaban los jardines. Un plus para estos jardineros municipales que trabajan en Jueves Santo. Desde aquí se ve la Torre del Reloj, cuya única función es dar la hora a los monoveros, es como un regalo de tiempo, tiene una altura de 18 metros, construida por el maestro cantero alicantino Tomás Terol en 1743. Pero como todo estaba cercado y había que subir por unas escaleras empinadas, aunque decía mi madre que no dijera empinada, porque todas las escaleras son empinadas, no me atreví a llegar hasta la torre. Como había agua en las losas del suelo de la plaza, recientemente regado, anduve con cuidado con pasos pingüino sobre el hielo hasta que un par de hombres sentados en un banco frente a mí, uno de ellos con una muleta en la mano, me dice:
-¡Tenga cuidado!, no se vaya a romper la pierna.
-Pues esto es lo que a mí me hace falta, caerme –comenté a viva voz. ¿Y qué le pasa a usted?, le pregunté a él.
-Si tengo "artroisis" en la rodilla y en una cadera, pero son los años, ¿sabes usted cuantos años tengo?
A los cojos nos gusta que nos pregunten por nuestras cojeras como si hablar de ella nos consoláramos mutuamente, o encontráramos el remedio que no hallaron los traumatólogos en sus exploraciones carcelarias de rodillas y demás huesos.
-Pues, yo le echo unos 75 años.
-Pues tengo ochenta años.
-Entonces nació usted en 1926 –aventuré para entrar en conversación.
-Sí señor, ¿cómo lo saber?
-Las cuentas me salen rápidamente cuando son números fáciles.
-Yo soy de la quinta del 47, y estuve haciendo la mili en Paterna…
El hombre me estuvo contando, así por encima, su larga vida, me dijo que se llamaba Juan Rico, aunque me dijo "de rico no tengo nada más que el apellido". Después de intercambiar algunas intimidades, le advertí que no se operara de rodillas, ya que yo estaba cojo de una mala operación. Hablamos de muchas cosas y de cuando él era joven, nacido en Monóvar, “allí frente –señala con la muleta a una casa de fachada anaranjada y de estilo modernistas- vivía don Joaquín era de Barcelona, tenía comercio, ese sí que rico…”.
-¿Usted no es de aquí, no? –me pregunta.
-Yo soy malagueño, aunque hace años que vivo en Alicante.
-¿Usted no será de esos de Marbella, verdad?
-No señor, si yo fuera de esos de Marbella estaría en la cárcel y no pasearía por este bello pueblo –le otro hombre, más comedido y sensato le dijo al oído a Juan Rico «todo el mundo en Marbella no es corrupto».
-¿Por donde se puede subir al castillo? –pregunté para seguir con mi singladura.
-Tome esa calle –me indica la calle Bartolico- y al final ya lo vera, aunque nada tiene que ver, eso era de los moros, usted, ahorrarse el viaje y váyase a comer pulpo al Ole…-y los dos hombres se echaron a reír.
Frente al Ole está la tintorería y tienda de deportes Sive&Juan, padres del Dr. Silvestre Vicent, biólogo, que estudia los mecanismos del cáncer de pulmón en la Universidad de Stanford (California).
Bajé por la calle Queremón Alonso hasta el bar cafetería “OLE”, sin acento en la “e”, ¡olé! de bar hay que subir unos peldaños, y no digo lo de ¡olé! por los peldaños. Desde la acera de enfrente parece una tienda de tejidos o una oficina, recuerdo que hay un bar en Málaga, en los Perches, que se llama: ”En la oficina te espero”, cosas de la sátira andaluza. Franqueada la puerta de cristales del "Ole", con buen ambiente, comensales en las mesas degustando de raciones variadas. Vi sobre el mostrador de aluminio muchas tapas, y entre ellas el recomendado pulpo a la gallega de Juan.
-Una caña y una ración de pulpo –le pedí al camarero, un joven moreno, delgado y simpático.
-¿Pulpo al ajillo o pulpo a la gallega?
-No, a la gallega.
El camarero tomó una porción de pulpo de una cazuela de barro lo entró en la cocina, lo aliñó con aceite de oliva virgen y me lo puso en la barra con una caña bien fría, y al probarlo, sin mucho esfuerzo recordé mis viajes por Galicia, por Santiago de Compostela, un lugar donde comer se convierte en religión, ¿y en Lugo?, qué decir de Lugo o de la Rías, bueno, y en toda Galicia y en el Bierzo, con su botillo regado con Señorío del Bierzo. Tras tomarme mi ración de pulpo monovero felicité al camarero por la perfecta imitación del pulpo a la gallega, le pregunté si era cocido en casa o de los cocidos industrialmente que venden en la grandes superficies a precios prohibitivos.
-No, este lo cocemos aquí en casa.
-Pues esta muy tierno y tiene ese aceite y ese pimentón que tan buen sabor le da.
Hablamos un poco de gastronomía, de viajes y de residencias, es decir, de lugares de nacimiento, me dijo, para mi asombro que era nacido en Monóvar.
Salí del bar y caminé de nuevo hasta la plaza La Sala, antes pasé por unas casas viejas en la esquina, las del número 196, antiguas y en peligro de extinción, de desaparecer bajo la cultura del ladrillo, a pesar de que su arquitectura es presencia del pasado, parece que no resiste más años, sin contar con el enemigo número uno: el valor del suelo, sobre tofo, junto al Ayuntamiento, en la plaza de La Sala, debe tener un valor muy apetitoso. Por casualidad hallé abierto el Ayuntamiento, me acerqué rápido y puedo pedirle a una mujer Policía Local, seria, rubia con coleta, que me facilitara un plano de la ciudad. Mientras me traía el plano, desde la puerta vi a mi frente una escalera central de mármol blanco con dos pasamanos que suben al primer piso, cuadros, bronces, banderas... Ya tenía plano para seguir mi visita no guiada. El plano tiene detrás, sobre fondo azul, una información histórica muy valiosa que firma Consuelo Payá Amat.
La iglesia arciprestal de San Juan Bautista
Bajando por la calle Mayor, apenas sin tráfico, me encontré con la iglesia parroquial que es arciprestal desde 1851, dedicada a la advocación de San Juan Bautista, tiene solamente una torre campanario, la otra torre, la de la izquierda, si la miramos de frente, se quedó sin construir, por ello es una iglesia “manquita” hermana menor mutilada de la catedral de Málaga, a la que también le falta una torre campanario de la derecha. Para los amantes de las campanas aquí tiene datos de este campanario de San Juan. A la catedral de Málaga le llaman con cariño “La Manquita”, porque le falta un brazo/torre como esta iglesia de Monóvar. La piedra de la catedral de Málaga es de arenisca rojiza mestiza de las canteras del Gibralfaro, y esta de Monóvar es de sillería clara del Vinalopó amarillenta, como las cáscaras de las almendras.
La puerta de la iglesia se halla cerrada, es recia, recubierta de un chapado de color verdoso cinabrio con decoración geométrica, su nombre es tracería, esta palabra la usa Azorín cuando describe la catedral de León en su libro Castilla (1912), cuando al maestro monovero y a los llamados de “generación del ´98” les dieron por Castilla como icono de lo español y castizo. Soy de la opinión como también lo creyó Rafael Coloma, que Azorín “llevóse a Castilla toda la sobriedad y la luz de este paisaje alicantino”. En la mente del maestro de la sobriedad y del estilo, se hallaba, sin duda alguna, esta iglesia de San Juan el Bautista, donde además José Martínez Ruiz fue bautizado en su pila bautismal. Por ello cuando leemos: “La catedral es fina, frágil y sensitiva. La daña los vendavales, las sequedades ardorosas, las lluvias, las nieves. Las piedra arenisca van deshaciéndose poco a poco; los recios pilares se van desviando; las gárgolas eran en los muros huellas hondas y comen la argamasa que une lo sillares” (pág.150. Castilla, edición Austral nº 254), no tenemos más remedio que pensar en esta iglesia y entraremos en la justa asociación de ideas que pasaron por la mente de su autor en relación a la catedral de León y la esta iglesia arciprestal.
La puerta de la iglesia, que es de estilo barroco, aparece custodiada por dos columnas de piedra del mismo material que la sillería, color cáscara de almendras, cuyos capiteles son floridos, casi corintios con volutas floreadas que ya no se sabe sin son de acanto o de qué planta ornamental o heráldica. Somos como dos musculosos bíceps que protegen la puerta. Dos tercios del fuste son lisos, y la parte más próximas al bocel, es cuando florece el bajorrelieve por una decoración vegetal a modo del lambrequín de los escudos, que rodean, cercan y dejan ver a un cordero de Dios –con cruz y banderola-. Tanto el bocel como la escocia de las dos columnas, cerca ya de plinto se van deshaciendo, moliendo, descascarillando…, y este inevitable deterioro de la piedra, porque no es de mármol, que por el contrario, tanto abunda en estas montañas, seguirá su proceso de auto-destrucción al que le somete la química evolutiva de la climatología, si no es evitado o detenido por la mano restauradora del hombre, capaz de detener el tiempo, según los filósofos.
Encima de las columnas, con barrocas filigranas cornisas y cornisillas, vemos el arquitrabe y sobre éste, veo una hornacina deshabitada con cornisa y falsas columnas sobre la sillería. Y encima de esta hornacina sin inquilino aparece una especia de marco vació, que seguramente, en otra época guardó una imagen o una decoración o unos azulejos. Y todo este entablamento se halla rematado por una cornisa salediza.
Como no pude acceder al interior de la iglesia me acerqué hasta una plaza donde se columpian verticales cañones de palmeras, cerca está la casa donde nació el medico penitenciario y forense don Francisco Villalta Nebleza. Desde la plaza se me apareció como una de las perdidas puertas del Cielo la entrada barroca de la capilla de la Virgen del Remedio, que vi abierta. Encima de esta puerta se halla la imagen de la Virgen titular de esta capilla que además es patrona de Monóvar, creo que desde 1929. Es una Virgen coronada, una Virgen reina, una Virgen reina de los Cielos, reina y madre de Jesús Redentor, por ello se viste con un rico vestido o manto labrado que la cubre hasta los pies, por ello, esta Virgen no se representa con el Divino Niño en los brazos, porque no es una Madonna. Destaca sobra la cabeza coronada un águila imperial de bronce, dos faroles laterales, dos columnas muy parecidas a las ya descritas en la puerta de la iglesia, así como dos largos y pendulantes gárgolas que sobresalen descaradamente para impedir que las aguas pluviales mojen esta fachada barroca tan ricamente decorada. Cuando traspasé las puerta me encontré, cosa rara, a jóvenes en la capilla, eran cofrades, aquí se refugian tres pasos o tronos que llaman en Málaga. Uno es el Santo Sepulcro, otro es un Cristo con la Cruz a cuestas o Gran Poder y una Virgen dolorosa.
-Buenos días, perdones, ¿cómo se llama esta Virgen? Pregunto a un joven que estaba sacando fotos con una máquina digital.
-Se llama la Virgen de la Soledad.
-Gracias.
No era cuestión de entrar en conversación dentro de la capilla, lugar de recogimiento y contemplación, aunque había más atención por acomodar y retocar los pétalos díscolos de las flores que otra cosa, así que, con sigiloso silencio me permití admirar tanta grandeza religiosa en la capilla donde se halla su titular la Virgen del Remedio coronada. Desde aquí se accede a la iglesia que es de cruz latina, entré por lo que se llama zona del Evangelio, es una gran y rica iglesia de la que pueden estar orgullosos los monoveros, que seguro lo están, aunque estos tiempos sean más laicos que religiosos. Bastante tiempo se le dedicó al culto. Ya en la zona de la Epístola veo un majestuoso órgano silencioso y barroco, que, como el esqueleto de una ballena nos enseña sus costillas, es obra del conquense don Julián de la Orden, lo construyó en 1771. Don Julián de la Orden tenía fama de ser el mejor organero de la época, es también el autor de del órgano de la catedral de Málaga, que terminó diez años después del de Monóvar. José Martínez de la Aldehuela fue también el encargado del diseño de las cajas y su decoración. Por aquella época uno de los organista más famosos y solicitados era el organista de la catedral de Cuenca don José Barrera, nadie debe dudar que, alguna vez, al menos para su inauguración, don José Barrera viniera a Monóvar. Este órgano tiene un pedal de 27 notas y dos registros en abanico.
La catedral de Málaga tiene dos órganos, son de 25 varas castellanas de alto, es decir, unos 21 ó 22 metros, son los más grandes de España, el otro es de Don. Antonio Soler y Don Jorge Bosch. Es una pena que estos gigantescos instrumentos hayan dejado de sonar con sus celestiales tonos de metal, quizás porque el oficio de organista supone largos estudios y poco sueldo.
Sobre el altar hay un mantel con una cesta de pan y dos copas de vino, en el retablo se muestra una imagen de San Juan el Bautista, en los laterales grades frescos, uno de ellos con la representación de una Piedad. EL techo de crucería es alto, esta iglesia es grandiosa. Al fondo la iglesia, cerca ya de la puerta principal, una catequista da clases a un grupo de niños.
No me interesa particular que las obras de esta iglesia se iniciaron en 1750.
El castillo de la Agonía
Antes de tomar el coche pasé por el Teatro Principal, se anuncia para el domingo 16 de abril, a las 12’30 el Concierto de Pascua de la Agrupación Musical "La Artística" que dirige Herminio Verdú Deltell. Un teatro donde aún resuenan noches de zarzuelas, comedias, los antiguos pasodobles de la España cañí y tantas celebraciones de otros festivales musicales, porque Monóvar de siempre ha sido muy musical. Hice uno fotos a un fresco callejero o arte en las fachadas de un fragmento de Miró, Guernica de Picasso, Chagal que se ve pintado en la pared de un solar de la plaza La Sala, se nota que lleva tiempo desde noviembre de 1995, no quiero pronunciarme en contra de ningún tipo de arte o manifestación artística callejera, nada de eso, pero estas cosas dan pie a que luego algunos vándalos del graffiti, pinten las fachadas de las iglesias como ya ocurrió con la de San Juan Bautista. Tomé el coche, que lo tenía aparcado en plaza La Sala, como ya de dicho, y subí por la calle Mayor, doblé a la derecha por la calle Argentina y la de Bartolico, que la culmina una empinada cuesta, que tras sortearla en primera, aparqué en una explanada como me había indicado Juan Rico, el hombre de los 80 años.
A mi espalda aparece un muro sobre un otero, un muro color almendras amargas, lo que queda del castillo es el esqueleto de una pared cuadrada, es un murallón nada más que no tiene nada que admirar, hago las fotos y basta. El promontorio sobre el que se alza el murallón es de piedra pizarrosa negruzca, domina el valle con una vista panorámica impresionante que no impresionista, como si un ala delta volara por el valle. Este paredón, se dice, que son los restos de la antigua Torre del Homenajes, de la que le queda una ventana vacía, por la que se asoma medio cuerpo de una mujer, una mujer con velo, una mujer que llora la salida de un guerreo moro o de un cristiano que va de Cruzadas o a guerreras en el diario vivir de la espada y el yelmo. El castillo no se nombra hasta el siglo XIII, se cree que el origen del castillo era una torre árabe de vigilancia, luego los cristianos lo ampliaron, posiblemente por Gonçalvo García, que recibió Monóvar de manos de Jaime I en 1305.
Este castillo era de planta rectangular y tenía 4 torres circulares, ahora no tiene ni nombre, que yo sepa, el de Novelda se llama de La Mola. Está abandonado, no tiene quien le cuide ni le ponga un remiendo, no tiene un seguro de vida y en unos años desaparecerá, porque conservarlo o levantarlo de nuevo, como sería lo deseado y deseable, como han hecho otros municipios con sus castillos ruinosos, lo que este castillo parece tener ganas es de morirse, resucitarlo no está en la idea ni en el bolsillo de los monoveros. A este castillo se podría llamar el castillo de la Anunciada Agonía. Un castillo que, seguramente, fue testigo de nuestra historia, del tratado de Almizra en 1244, o de la sublevación sarracena de 1261, testigo y parte del tuétano rancio de este pueblo que olvida su historia y la sangre seca en la piedras; porque, sin duda algunas, si nadie lo remedia, pasará a engrosar la fiebre de los derribos salvajes como ya vemos en su casco antiguo. Le espera el destino de la nada donde algún día, lamentablemente, en un pleno municipal, un concejal de urbanismo se preguntará: ¿Para qué nos vale la piedra vieja de un paredón con ventana al valle?, y se le ocurrirá dar licencia para construir un restaurante moderno con ventanales al valle de Elda y Petrer, para los turistas y algún despistado como yo. Y luego vendrán nuestros nietos con las preguntas, el lamento y la culpabilización por no haberlo conservado. Por lo general, tras la desamorización de Mendizábar, un desastre para nuestra patrimonio, se usaron las piedras de los castillos como verdaderas canteras para la mapostería de las casas. No sé si esto ocurrió con este castillo de la Agonía.
Los paredones de los castillos y cárcavas, son lugares ideales donde anidan algunas aves como el Colirrojo Tizón, se alimenta de insectos y algunas bayas. Utiliza las paredes y muros para moverse en busca de invertebrados que atrapa al vuelo o bien en el suelo. Aquí en Monóvar también existe la Asociación Ornitológica, Deportiva y Cultural. Desaparece el castillo y el Colirrojo Tizón se marchará al castillo de Sax o de Novelda.
Ermita de Santa Bárbara
Desde aquí, desde esta explanada con vista al inmenso valle de Elda y Petrer, subí caminando hasta la Ermita de Santa Bárbara, está muy cerca, a la mano, domina una loma, un promontorio balcón de Monóvar, sobre un placer de explanada, donde los pinos sirven de tendederos para colgar la ropa de los que viven en la casa de la santería. La actual ermita de Santa Bárbara se empezó a construir en 1799 sobre otra anterior que había sido construida entre 1692 y 1694 por Tomás Estacio. Ahora es monumento Histórico-Artístico desde 1983. Tiene un soportal con tres arcos y puerta principal, y al lado, a la derecha, la vivienda de la santería. Una campana cuelga del yugo sostenido en un campanario de tipo espadaña, la gran cúpula es de tejas color azul, se construyó sin tambor o sea, circular desde el nivel de la capilla como la capilla de Santa María de Elche, que creo que son las únicas de este estilo en la Comunidad Valenciana. Como su puerta cerrada me impedía el acceso, no entré. Sin embargo, imagino, que dentro nos espera la imagen de San Bárbara Bendita. (El martirio de Santa Bárbara data del año 235, D.C. en la ciudad de Nicomedia (hoy día Izmit, en el noroeste de Turquía).
La vista desde el balcón panorámico es como un deseado e imposible desafío al vuelo de las rapaces, y con ojos de búho observé detenidamente al norte el valle, extenso, infinito de Elda y Petrer, y el cerro del Cid. Al sur la ciudad de Monóvar, la torre del reloj aparece tan cercana que con la mano podemos poner en hora las manillas del reloj, si no nos diera la espalda. Podemos limpiar los tejados, enderezar las esquinas torcidas, las calles, y entre los muros descuella la torre y las cúpulas azul marino de la capilla de la Virgen del Remedio y de la iglesia arciprestal como inequívocas señales de un pasado y de un presente; la ciudad con sus tejado y la idea de sus calles; al fondo las casas de campo, y como difuminado en la niebla que nos habita esta mañana, el quebradizo horizonte del Monte Coto peinado con algunos pinos. Bajé por la calle Esperanza, hallé un bar, que no recuerdo si nombre; hay una cerca metálica desde donde se ven pencas encarceladas y hojas nuevas de los pámpanos. Abajo hay un callejón sin salida, donde juegan uno niños a empujar un cochecito, la niña tendrá uno tres años. Hay un letrero que dice: “Provincia de Alicante, partido judicial de Monóvar, pueblo d´Monóvar”.
Cuando Azorín nos habla de Monóvar en Superrealismo (1929), nos la descibe con una sintasis rápida, para logar vitalidad y dinamismo:
"El pórtico de la ermita de Santa Bárbara; tres arcos; en las fotografías, como una igleisa de Florencia o de Padua"
-Personajes nacidos en Monóvar, José Martínez Ruiz "Azorín" 1873; José Payá Bernabé, 1957, el pintor Mario Rodríguez Ruiz, nació en 1972, es Licenciado en Bellas Artes por San Carlos de Valencia, ha realizado numerosas exposiciones.
Salida de Monóver
Terminada mi singladura, ya al medio día, tomé la carretera de la derecha para bajar hacia Alicante, equivoqué el camino y llegué cerca del Polígono industrial Pastoret, di la vuelta por una calle sin salida que se llama Miguel Hernández, parece como si cada pueblo del Vinalopó quisiera tener una calle en recuerdo del poeta oriolano. Di la vuelta, pasé por la puerta de la plaza de toros, el domingo se celebrará una novillada, la del Domingo de Resurrección, fecha en que ya empiezan las corridas de toros en la mayoría de la plaza de España. En frente se sitúa el Rincón Taurino, o el tendido 9 “Artes después de los Toros”. Tomé la carretera de Elda dirección a Alicante. Me quedó un recuerdo y sabor a pulpo a la gallega para repetir, porque además me quedan muchas cosas en el tintero como a la Biblioteca Municipal y al archivo histórico y el Museo de Artes y Oficios sito en la calle Doctor Fleming. En fin, Monóvar es mora, la mora que espera siempre, la mora de la morería, la mancha de la mora con otra Monòver-de se quita.
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(Singladuras por la comarca del Vinalopó)
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