Viajes que realizó el pintor PALMERAL por el Vinalopó (Alicante) en el 2006. Moros y Cristianos del Vinalopó.
domingo, 28 de diciembre de 2008
ASPE
Por Ramón Fernández Palmeral
Ubicación
Aspe está situada en la zona meridional de la comarca alicantina del Medio Vinalopó, Longitud Oeste 0º 46´2" y Latitud Norte 38º 201 49". A una altitud de 238 metros sobre el nivel de mar de Alicante. Veamos una imagen desde el satélite. Tiene una población de 17.833 habitantes en el censo de 2004. El gentilicio es aspense. Dista 25 km de Alicante. El ferrocarril tiene una estación en Aspe-Novelda. EL término municipal se extiende con la forma de un gran pez de 69,79 KM2, dividido en las partidas: Alcaná, Aljau, Borisa, Carrasca, El Azahafá, El Murón, El Rabosero, El Mañán, La Coca. La Ofra, Las Fuentes, Horna Alta y Horna baja, Huerta Mayor, El Talomón, La Horna, Los Barrascos, Tres Hermanas, Monesol y Upanel (Hay una polémico vertedero mancomunado). Ha sido siempre un pueblo muy bien comunicado desde la antigüedad. Posee todo los servicios de una pequeña ciudad. Aspis era una de las posadas de la Vía Augusta Romana. Limita al Norte con Novelda, al Este con Monforte del Cid, al Sur con Elche y Crevillente y al Oeste con Hondón de las Nieves y La Romana. La base del campanario de la iglesia es el vértice geodésico de tercer orden. El Ayuntamiento tiene una página web de información ciudadana. Su alcalde es don Roberto Iglesias Jiménez (PSOE).
La villa de Aspe se distribuye en los barrios: Serranica, Sagrado Corazón, Parque, El castillo, San Juan, Prosperidad Villahermosa (don Jesús), La Coca, La Nía, y Camino de Elche. Su industria principal es el calzado. Son de habla mayoritariamente castellano, según los estudios de B. Montoya Abad, en "Los islotes lingüísticos de Aspe y Elda en el Vinalopó Medio", IEA, Alicante, 35, 182.
Las fiestas patronales son el 5 de agosto, la patrona es la Virgen de las Nieves, se celebra los años impares que comparte con Hondón de las Nieves, en la romería "La Traída" de 10 kilómetros, lo que separa a ambas localidades. La romería consiste en llevar y traer a la Virgen de una localidad a otra. También celebran las fiestas de Moros y Cristianos desde 1978, y la Jira. En Aspe existe una cofradía llamada de la Virgen de las Nieves, situada en calle Teodoro Alenda, cerca de la iglesia.
Historia
El escudo de la ciudad resume su historia, un escudo coronado con tres torres del castillo del Río sobre un cerro. Las letras A S sobre campo rojo de amapolas, una P (pe) sobre monte y el río Tarafa, afluente del Vinalopó. En la página web del Colegio Virgen de las Nieves de Aspe, hay una reseña histórica que hacer Cristina Contreras donde podemos ampliar curiosos datos históricos y ver fotografías. Nos cuenta en esta página: "Quizá el acontecimiento más importante de la Historia de Aspe ocurrió en el año 1225, cuando el castellano Alvar Fáñez aprovechando la ausencia del califa Al-Udri, junto con los Consejos de Cuenca, Huete, Alarcón y Moya, realiza unas sangrientas algaradas en el Castillo de Aspe, entonces " Asf ", lo que motivó sin duda, que sus moradores abandonaran paulatinamente el refugio del castillo, asentándose en la suave ladera del Río Tarafa en las proximidades de sus fuentes, a unos 4 km. del anterior HIS'N ASF o asentamiento fortificado. Más tarde en 1252, el Rey Alfonso X El Sabio, cede a la gobernación de Alicante: " doles et otorgoles que hayan por aldeas de sus términos, Noella et Azpe el Viejo et Azpe el Nueovo, et Nomport et Agost et Busot et Aguas".
Aunque su origen es ibérico. Los romanos dieron a la ciudad el nombre de Aspis, que significa jaspe. En Aspe, el paso del tiempo ha dejado huellas de su pasado que se pueden contemplar y estudiar en su museo Arqueológico donde se muestran vitrinas con restos arqueológicos del Paleolítico Superior. Los yacimientos arqueológicos del término de Aspe, son un magnífico campo abierto a la investigación de repoblamientos humanos habidos en nuestra historia en La Cueva del Rollo (paleolítico), El Tabayá y el Murón de la Horna (bronce), todo el corredor del Vinalopó (romano), Vistalegre (necrópolis visigoda) y el Castillo del Río (medieval).
Desde los más antiguos pobladores de la Edad del Bronce escogieron esta tierra por su bonanza y la cercanía a los ríos: Tarafa y el Vinalopó, hasta la creación de esas dos mitades que fueron Aspe el Viejo a 3 kilómetros del Nuevo. Fue visigoda y entregada a los musulmanes. Fue visigoda en tiempos de Teodomiro que la entregó a los musulmanes en un pacto.
Aspe perteneció a Castilla por el Tratado de Almizra (1244) dentro de el alfoz de Alicante, luego pasó a Aragón por la Sentencia Arbitral de Torrellas y Elche en 1304, que fue anexionada definitivamente al reino de Valencia. Tras la expulsión de los moriscos se repobló con gente de Torrijos (Toledo), hay apellidos como Almodóvar. Este pueblo de Toledo está considera como pueblo hermano desde 2001. La carta puebla es de fecha 22 de mayo de 1611.
Su pasado árabe se remonta al Castillo del Río, siglo XII, de origen árabe, hoy es una destruida fortificación en una elevación del terreno, donde estuvo la primitivo Aspe hasta que pasó a su actual emplazamiento. Pero nada mejor para ampliar conocimientos históricos y su agenda que consultar la página web de La Isla de Interior.
Tiene dos museos: El arqueológico municipal y el histórico de Aspe. A través de los cuales podemos conocer la historia antigua y contemporánea de este enclave. Para el culto religioso posee dos iglesias: la de Nuestra Señora del Socorro y de El Buen Pastor. La ermita de Santa Cruz y la de los Cipreses. Su Semana Santa es digna de visitar, sobre todo por la plástica de los pasos al mejor estilo y riqueza de la imaginería religiosas. Este año 2006 se presenta el Programa de actos con un paso o trono pasando por el puente el Baño. Algunas Hermandades son: San Pedro, Santa Mujer Verónica, Nuestro Padre Jesús Cautivo, Caída de Jesús, San Juan, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Dolorosa, Guardia Pretoriana...
Turísticamente tiene Aspe dos museos, y el Teatro Wagner, el Anfiteatro Alfredo Kraus, los senderos de La Coca de 8 kilómetros su medio y otro es el sendero de Upanel de 11 kilómetros.
Es una villa muy aficionad al deporte, además de equipo de fútbol tiene el Grupo de Esparcimiento Tenis Aspe con página web propia e información de sus actividades deportivas.
Tiene radio y televisión local: TeleAspe, que dirige Julio Alcaraz.
SINGLADURA
El día 18 de febrero de 2006, un día nublado, oscuro, lluvioso con pereza de gotas, inicié mi singladura hacia Aspe saliendo de Alicante por la autovía de Madrid, tomé el desvió de la gasolinera ante del puerto de Portichol, antes de la gasolinera se bifurca una entrada a un campo de golf que se llama Club de Golf Alenda, pero yo seguí el desvío de Aspe y Elche. Ahora, gracias a la nueva obra se pasa por debajo de la carretera de Elche, antes, como ya he dicho en otras ocasiones, era un verdadero peligro, un demonio permanente.
La carretera hacia Aspe se encuentra muy bien, recién asfaltada y pintada, aunque tiene algunas curvas que te pueden dar un susto si es que te descuidas en la atención o miras el paisaje que empieza con ciertas elevaciones. Los almendros habían cuajado ya la flor, han dejado de ser un campo nevado de pétalos por las aladas almas de los almendros. Crucé un puente sobre el carrizal del río Vinalopó, un carrizal que es como un jardín de biodiversidad y misterio de los altos carrizos. Entré en Aspe por el Este, tomé una avenida de circunvalación, subí por la Avenida de Monforte del Cid paralela al río Tarafa, un afluente del Vinalopó, me dejé guiar por los carteles de: "Centro ciudad", y llegué hasta el semáforo enrojecido de ira situado ante del puente el Baño. Entré en la Avenida de la Constitución en cuyo eje central se erige como un ciprés de agua el corro continuo y blanco transparente de una fuente. Giré a la izquierda hacia el Mercado de Abastos, y me asombró ver un parque con palmeras, señor de las alturas, altas de mirar al cielo, un parque rectangular, cosmopolita, corazón verde, prado de palomas, oasis de aire puro encerrado. Aparqué en la calle del Doctor Marañón. Miré por el espejo retrovisor, giré el volante y a la primera en el sitio amarillo de la acera, porque aparqué con mi lado bueno He de advertir que no es fácil aparcar en el centro de esta villa, los coches como plaga de cuatro ruedas se han apropiado de las calles y de algunas aceras. Es sábado y día importante de mercado.
Entré al parque por la esquina de una pastelería, dentro, la dependienta vestía con delantal blanco y cofia del mismo color. Aspe es una monja confitera donde se crean dulces de autor, exquisitos besos de azúcar y miel como en DULCES ASPE. Me topé con un buzón amarillo gritón de correos que muy educadamente me dio los buenos días, desde aquí, ha cazado este viajero la vista del parque, custodian la entrada al oasis tres contenedor de basura: uno de papel, otro de vidrio y el normal, la impresión que se lleva el turista viajero, primerizo como yo no es muy buena, estos contenedores parecen más propios de lugares de trastiendas y calles de servicio que no del centro de la villa. Crucé el parque transversalmente y me encontré con algunos parapetos de obra, banco de piedra artificial pintorreados con graffitis (uno dice en amarillo "puta"), enramadas artificiales que cuidan las yedras, las palomas bebían en algunos charcos que, como baldosas acuáticas, dejaron la lluvia mañanera. Y en el centro del parque se erige una fuente con un buen pastor en el centro, una oveja bala al fauno, una fuente surtidor que se abre como un sauce, el agua gime, cristal líquido de cuarzo, ruido musical que asusta al hondo aljibe que llora por no secarse. Saqué unas fotografías muy artística entre la fuete y la cúpula de la iglesia, porque conseguí hacer coincidir los dos elementos plásticos. Las tejas azuladas de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, que quedaba en segundo plano, me prometí visitarla. Las tejas de las cúpulas son azules como una continuación del cielo, me dijo una vez un beato arquitecto en uno de mis viajes por Játiva (Valencia).
Más adelante, casi al final del parque nos encontramos con un monolito dedicado al poeta Rubén Darío, erigido en 1927, arriba del monolito aparece regordete su efigie en bajorrelieve, es bronce, un bronce viejo de color tierra tostada, poeta bronce nicaragüense, con una frase gravada en la orla: "Príncipe del verso castellano". Tengo una Antología poética de Rubén Darío con una introducción de Juan Carlos Garrot, de 1983. Es Rubén maestro del Modernismo, sobre el Modernismo ya escribió un articulo Guillermo Carnero, "La ruptura modernista" (1991), y resumió la ruptura del Modernismo en 7 puntos, en el punto 3 escribe que "El Modernismo se situó conscientemente al margen de la moral convencional, negando el ideal doméstico y coyuntural de un Gabriel y Galán..." El motivo modernista es el alma de las cosas, y se convirtió en un terreno de innovación y experimentación, de lo exótico, de los nuevos. Este monolito rubendariniano, me hace recordar unos versos del "Coloquio de los centauros": En la isla en que detiene su esquife el argonauta/ del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta/ de las eternas liras se escucha/. Porque aquí en Aspe, eterna arpa, esquife del arpa, un argonauta eterno dejó clavado en esta isla interior del Vinalopó. Este monolito es esquife, es timón de músicas y liras que las sirenas olvidaron aquí para la eternidad.
Acabado de visitar el parque encuentro frente a una mezquita, es el Mercado de Abasto, un gran mercado con arcos y puertas ojivales que le dan aspecto arabesco, se construyó en MCMXXX. En frente abre su mostrador un kiosco de chuchearías, un jardín de infancia y bancos donde se sientan tranquilos y silenciosos algunos hombres de la edad robusta y madura en el músculo, cansados de mirar el fluir de la vida cosmopolita de la mañanas de un sábado de mercado. Me acerqué hasta un hombre que sentado en uno de los bancos, y le pregunté
-¿Cómo se llama este parque?
-¿Usted no es de aquí, verdad? -respondió, y cuando le contesté que no, me dijo- este parque se llama del doctor Calatayud, esto era antes una huerta y estaba cercada. Yo nací en 1922 y tengo 84 años, el mismo año que se construyó el Teatro Wagner (Aspe tiene un teatro dedicado a Warger, por la afición que siempre ha habido a la música. Aledaño se encuentra el auditorio Alfredo Kraus que fue inaugurado por el propio tenor en 1998). En el salón se celebra el Certamen de pintura, Pastor Calpena patrocinado por el Ayuntamiento. El pintor se llamaba Vicente nació en Alicante). Siete años después de nacer yo se construyó este mercado.
-O sea, que usted nació aquí en Aspe.
-Sí señor, yo nací y me casé aquí, y tengo cuatro hijos. Mi mujer se murió hace tres meses. Ahora vivo en casa de mis hijas, sabe usted cuanto gano yo de pensión..., porque mi mujer también cobraba, yo le pagué los cupones como autónoma, como sirvienta, sabe usted... Murió mi mujer cuando más falta me hacía la compaña...
-Lo siento.
El hombre parecía un manantial de saberes, tenía ganas de hablar y me sacó una foto suya de cuando era un crío, de 1934, por detrás ponía Antonio Mira. Era una foto antigua, una reliquia, no tuve valor para pedirle hacerle una foto con el macro, porque suponía romper la magia del respeto a la intimidad de las personas, pero me quedé con las ganas, cosas que no suelo hacer, pero el hombre estaba tan emocionado contándome su vida, con lágrimas en los ojos que no pude hacerle una foto digital a aquella historia color sepia y quebradiza que sostenía entre unos dedos de tierra, cielo y perlas secretas, remos de una pequeña historia de Aspe.
-¿Sabe usted, que yo empocé vendiendo periódicos aquí en Aspe?- me dijo Antonio-. Yo tuve un kiosco y no me fue mal del todo. Cuando llegó la guerra yo tenía 14 años, y no fui a la guerra, a muchos amigos míos los mataron. Porque a una guerra jamás se debió llegar. Yo recuerdo que el rey Alfonso XIII se fue por el año 31 a París, y salió por Cartagena hacia Marsella. Esta zona era republicana y el gobierno provisional de Juan Negrín estuvo en la finca de El Poblet en Petrer, donde había un pequeño aeródromo. Luego yo fui a la mili, que yo soy de la quinta del 43, en mi quinta se juntaron tres quintas por lo de la guerra mundial. Yo tuve suerte y me tocó en Alicante y estuve en el Cuartel de Benalúa, tres o cuatro años. Había soldados que antes lucharon en la guerra con los republicanos.
-Usted tiene muy buena memoria.
-Pues sí que tengo la tengo, le voy a decir las alineaciones de fútbol de antes de la guerra.
Y Antonio, me estuvo dando la lista nominal de los futbolistas del Real Madrid y de la Selección española uno por uno, con una velocidad asombrosa, y acabó diciendo "y hace unos días que se murió el portero Zamora, esos sí que eran porteros, los jugadores no ganaban un duro y jugaban con el corazón". El hombre tenía conversación para rato, pero yo tenía que hacer mi recorrido y mi safari fotográfico, y allí se quedó el hombre sentado en el banco de madera frente al mercado con ganas de conversación.
Caminé buscando la alta torre de la iglesia, entré por calle de La Rosa, hasta llegar a la plaza Mayor, que aparecía vallada en obras, obras de remodelación. Entré en la capilla de la Virgen de los Desamparados, según me dijo una devota, aledaña a la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, una gran capilla, con bello altar mayor, retablo con un Cristo en comunión. La iglesia de Nuestra Señora del Socorro se muestra como un gran bloque sólido de piedras doradas, labradas, alta y fortificada es la torre campanario, imponente servicio a Dios, que antes fue mezquita. Pero no pude resistirme ha hacer una fotos de las calladas piedras, con la escritura del secreto de los cinceles con decoración de acantos en el pórtico y hornacina con la imagen un Buen Pastor. Las puertas altas, con dibujos arabescos chapadas en verde vejiga, las cerraduras de herrería misteriosamente miran por su único ojo hormiguero, los remaches, las albabas calladas.
Dándole la vuelta a las vallas de las obras de la plaza Mayor, éstas, como en un laberinto de chapas galvanizadas, me llevaron hasta las oficinas del Ayuntamiento nuevo o de nueva planta, porque el viejo, está cerrado por obras. Sobre el edificio viejo del Ayuntamiento, posiblemente, de finales del siglo XVII, se eleva un moderno campanario con estructura metálica con dos pequeñas campanas, para dar la señal de las horas de un reloj también moderno y en activo que daban las 11 y 35 minutos, este campanario es como un parche, un ojo de horas indiscretas, aro del tiempo, sobre un edificio de piedras antiguas e históricas. Pedí una catálogo de Información y Turismo a un conserje, hombre fuerte con ojos azules, me dio dos planos de Aspe del año 2003, un calendario de la Semana Santa del 2006, acontecimiento cultural y turístico de interés, digno de admirar por su religiosidad y buen hacer de las cofradías aspenses. La pregonera de este año será doña Rosa María Gómez Lara, abogada aspense que pertenece a la Hermandad de Nuestra Padre Jesús Nazareno. Datos que me facilitan, sin duda, mi visita pedestre y automovilística a esta villa de la comarca del Vinalopó. En plaza playa Mayor, está también la "Asociación de quintos jubilados" y el Casino Primitivo, desde el exterior vi a los señores de Aspe, viejos señores, en sofás de piel, leyendo el periódico Información. Casinos de socios, exclusivos como un club inglés, típicos de los pueblos españoles de finales del XIX.
Era la hora de despertar con un descafeinado y entré en el bar Plaza, en el número 33 de la Avda. de la Constitución, que también tiene comedor, un comedor acogedor, de manteles de papel, decorado con cuadros, el cuarto de aseo limpio, y la camarera muy dispuesta y agraciada por la diosa Diana. Tomé asiento, y pedí un descafeinado mientras hojeaba mi plano de Aspe al son de la conversación de dos hombres que hablan de fútbol en la barra, del Aspe club de Fútbol. Otros hombres hablaban de taullas, fincas, notarios y demás términos legales de alguien van a comprar o vender tierras.
Luego bajé por la calle de la Constitución, pasé por la Centro Social, hasta el puente de El Baño, en frente la Seguridad Social, y luego tomé mi camino de vuelta a Alicante.
El Museo Histórico se sitúa en "La Casa del Cisco", tiene importantes fondos arqueológicos de donaciones particulares, y patrocina a través del Ayuntamiento el premio de Historia "Manuel Cremades".
Personajes ilustres:
1) La Beata Rita Dolores nació en Aspe en 1853.
2) El artista plástico José Galván: nació en Aspe (España) el 30 de Julio de 1910 y murió en Benidorm el 25 de Agosto del 2001. A los 91 años fue a vivir a ALCOY (España) y los trabajos en una escuela industrial en donde dibuja copias. Allí, sus profesores notan su trabajo y lo dirigen en la sección "que dibuja según la naturaleza". Después de la guerra civil, sigue los cursos de la tarde con Barcelona (la escuela Círculos Verdadero Artista). pinta modelos del natural. Expone los retratos y los paisajes desnudos con Barcelona, Perpigñan (1959-1960) y en Montpellier. Galván coloca en París en 1962 y expone al cuarto vivo del arte libre. Con el paladar grande, está presente en la exposición de los pintores españoles de París, organizados por los ministerios para la cultura de Francia y de España.
3) Poco o nada se sabe del acuarelista Vicente Pastor Calpena (Alicante 1918-Madrid 1993). Vivió en Cartagena.
4) Miguel Calatayud nació en Aspe (Alicante), 1942, durante la década de los 70 inicia su actividad como ilustrador para Doncel (La Ballena Alegre), Santillana (La Gran Travesía y Preescolar) y Altea (Primera Biblioteca).Autor de cómis. Ha realizado campañas de creación e imagen para instituciones públicas y privadas. Firma además, una extensa obra gráfica que abarca imágenes para instituciones, obras de teatro, ciclos, festivales, compañías...Como cartelista de Jazz fue seleccionado para la muestra Le Jazz Européen s'Affiche. Entre las diversas exposiciones retrospectivas de sus trabajos destaca la celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla (Fundación Luis Cernuda, 1986) y L'aventura del dibuixant, en la sala Parpalló de la Diputación de Valencia (1995).
5) Manuel Cerdán Alenda, redactor-jefe de Investigación del diario El Mundo desde 1994, nació en Aspe (Alicante) en 1954. Está casado y tiene dos hijos. Antes de su incorporación a El Mundo fue redactor-jefe de Investigación de Cambio 16 (1989-2003) y de Interviú (1980-1989). Cerdán es Doctor en Ciencias de la Información en la Complutense y profesor de Periodismo en la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. También es coautor de los libros El caso Interior, El origen del GAL y Lobo, un topo en las entrañas de ETA. Ha sido galardonado con los premios León Felipe a la Libertad de Expresión, Club Internacional de Prensa y Lumbreras del programa Protagonistas de Luis del Olmo. Con la incorporación de Manuel Cerdán, Interviú refuerza una de sus señas de identidad: el periodismo de investigación, al tiempo que Grupo Zeta consolida su apuesta en los medios audiovisuales con la experiencia de Teresa Viejo.
sábado, 20 de diciembre de 2008
XINORLET
Por Ramón Fernández Palmeral
Singladura
Salí de mi casa alicantina sobre las 10 de la mañana del Jueves Santo, 13 de abril de 2006, el día se presentaba con un cielo nublado con ganas de dar guerra pero sin llover a mares. Me acerqué al kiosco de prensa de la plaza de la Viña para comprar el Tomo I sobre las obras completas de Miguel Hernández, pero no las habían traído. Como siempre tomé mi autovía A-31 hacia Madrid, tráfico denso en sentido contrario, es puente de Semana Santa, y Alicante no es que sea la famosa playa de Madrid sino que se ha convertido en el chiringuito de Madrid. Luego tomé el desvió para Novelda, crucé la villa modernista de sur a norte hasta salir por la iglesia de San Roque, pasé junto a un parque bien vestido de árboles verdes, amarillos y anaranjados, que dejé a mi izquierda; tomé a la derecha la CV-835, que nos lleva por una sinuosa carretera bien calzada de asfalto hacia Monóvar que dista unos 10 kilómetros. Pasé por la puerta del restaurante «La Candeleta» en el Centro Deportivo "Cucuch". Pasé por una vaguada o rambla que estaban tapando con acumulación de tierra de escombreras. Un poco más adelante, a la derecha veo al casa de los peones camineros, muy bien arreglada como un chalet, es la misma casa de la que nos habló el alcoyano Rafael Coloma en la página 218 de su libro Viaje por tierras de Alicante, de 1957, con su estilo azoriniano, donde podemos leer:
"La casilla de peones camineros, a mano derecha, anuncia en letras negras que hasta Villena restan 34 kilómetros. En los cuatro (sic) finales del trayecto la carretera planea hasta Monóvar. Desde la casilla verás, amigo, un fondo de montañas azules, violeta, grises, a modo de medio círculo: la peña de la Zafra, La Solana y la sierra de Cámara, de izquierda a derecha. Y Monóvar, apiñado, confuso, jalde, entre dos colinas".
Efectivamente, las descripciones de Rafael Colma, que había viajado en galera conducida por un galerero en el pestante, son correctas, el terreno llanea, y antes de entrar en la muy noble, fiel y leal ciudad, acostada en un valle vigilado por dos cerros, uno de ello fortificado, se ven las dos cúpulas azules que destacan entre los tajados moriscos de las casas, la más elevada es la ermita de Santa Bárbara, la otra es, sin duda, la de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, son visibles sus circunferencias como gigantescos globos o adornados de celofán huevos de Pascua, y sobre una loma cenicienta vemos una mancha avinagrada de lo que parece un castillo moro de altas y engañosas almenas, lejanas, ocultas en el gris de este cielo que nos acompaña hoy con su festón rojizo y su mano temblorosa. Empezaron a caer algunas perezosas e incordiante gotas de una lluvia deseada y anunciada en los partes meteorológicos, y continué la marcha con cierto enfado, sin saber muy bien si es porque llueve o porque no llueve como Dios manda.
Unos carteles de situación nos anuncia a Monóvar o Monòver en valenciano, un poste amarillo me señala la entrada a la villa y me topo, de pronto, con un edificio ocre, con una torre circular a modo de castillo medieval que es el cuartel de la Benemérita, nada más y nada menos. En un balcón donde ya no ondea la bandera nacional pende un cartel rojo y gualda que no dice orgullosos: «Todo por la Patria», como si los demás no lo diéramos todo también por la Patria. Es una antigua fortaleza que, como arqueología arquitectónica me obliga a parar en la gasolinera de Petronor, entré para hacer unas fotos, con recelo, claro, porque esto de hacerle fotos a las instalaciones militares nunca fue permitido. Pero tras este alto, momentáneo del recuerdo, de mis recuerdos, continué mi viaje por una avenida a la izquierda, una avenida con cierto desnivel, ligero desnivel. Pensé que lo mejor era llegar al final de la singladura que me había propuesto hoy, la de llegar a la pedanía de Xinorlet y luego regresar tranquilamente otra vez a Monóver.
Esta avenida que sube se llama Ronda de la Constitución, paré el coche como es preceptivo ante un semáforo en rojo. A los pocos segundos oí un golpe, el coche que me seguía recibió un alcance por detrás de otro vehículo, tuve suerte de que no tocaran al mío, hubiera sido un lamentable fin de meta, pero Xinorlet me esperaba, y me aguardaba como un amigo, y con una suerte de sorpresas, y, claro no podía yo acabar así, tan tontamente con un golpe en el coche, en mi Nissan Almera de gasoil. Continué mi camino, pasé junto a una calle que se llama Españoleto, me pareció un callejón inmundo, una pena que este pintor barroco valenciano nacido en Játiva en 1591, que se llamaba Jose Ribera, tuviera en Monóvar un callejón nada más, un callejón sinuoso, angosto, tenebroso pasaje de mala impresión, sobre todo para los que sentimos la pintura como una de las más bellas artes que el hombre haya podido crear, porque pintar es crear más que fabricar artesanía. Dejé la calle de El Españoleto y pienso de visitarla a mi regreso.
Dirección Xinorlet
Tras sortear dos rotondas, una de ellas con dos viejas cubas en el centro a modo de esculturas, tomé la circunvalación dirección a Pinoso o El Pinós en valenciano, situada a 17 kilómetros, Xinorlet está cerca y lejos según se mire, marca una distancia de 11 kilómetros, pertenece al término municipal de Monóvar. Tras sortear algunas ondulaciones del terrenos aparece, entenso y labrado una especie de páramo sembrado de parras y esquejes de vid. Encuentro un desvío a la derecha para Las Salinas, luego un cruce señalizado con conos verdes de señalización en el centro de la calzada, marcando un cruce peligroso, para evitar que ningún bruto conductor pueda hacer un adelantamiento peligroso, el cruce señala al sur para La Romana y para el norte Hondón o El Fondó. Tras pasar el cruce veo a mi izquierda las Bodegas de Santa Catalina de Mañan (no tienen catálogos para el público), pertenece a la denominación de origen de Alicante, me dije que al regreso compraría vino. El campo, como un placer vinícola se extiende plano como una plancha; la cepas están despertando del rígido invierno, y de sus cepas, salen como brochas verdes los nuevos pampanicos, son de un verde cinabrio claro; algunas plantas son nuevas, todas ellas alineadas como una plantación de números cartesianos, o como un ejército de soldados del vino en un desfile, porque decir vino es decir "vino-lopó". La agricultura primorosa es del almendro, ya cambiaron el peluche de su flores por dedales de almendras embrionarias que en el otoño se convertirán en turrón, según y como la tradición manda. La almendra junto a la vid fueron, casi los únicos cultivos, más algunos manchones de olivos verdiales, el sustento de estas gentes. Aquí el vino envejece en los barriles de roble ocultos en las cuevas, y también la uva de mesa, la famosa uva del Vinalopó. Ahora la gente vive, generalmente de las canteras de piedra natural y del mármol, y también de la restauración, porque Xinorlet tiene fama desde antiguo de ser venta, de ser un buen comedor para los pasajeros hacia Pinoso y Yecla. Dejé una gasolinera y un bar de carretera a mi izquierda, que no tiene nombre, sube una lenta cuesta, abundan los caseríos entre los pinos, a la izquierda aparece el cruce que anuncia Casas del Señor 2 kilómetros.
Luego, tras una curva a la derecha, destaca el pueblo de Xinorlet con sus techumbres de teja morisca y fachadas de piedra vista, típicas de los pueblos ocres del Vinalopó, esa piedra amarillenta con ciertos tonos de tierra tostada que sirve para la construcción en mampostería. El cielo se muestra terco con su insistente gris de órganos, lo cual impide mi total alegría visual. Me encuentro un stop que marca la entrada a Xinorlet, cuyo nombre está marcado también en castellano Chinorlet. Es un pueblo más que una pedanía, al fondo se muestra con un festín de colores musicales el Monte Coto del que se han extraído importantes cantidades de mármol, y el Monte Chirivell, donde está La Cueva de la Arena fósil. El pueblo tiene uno 150 vecinos, y en verano se dobla por el turismo de interior y los vecinos que han emigrado a otras zonas de trabajo. Xinorlet es un ejemplo de convivencia. Los únicos que metieron la pata en este pueblo fueron unos británicos a los que les cogieron una fardos de hachís en un chalet, y el nombre de esta joya de pueblo pasó a las páginas de los sucesos, caldo amarillo de los chismorreos mal intencionados.
El pueblo es un mar de silencio cromático, a la derecha veo un cartel de la venta de una vivienda de antigua construcción, uno desea vivir en estos pueblos, descansar para siempre bajo el canto del gallo y el ladrido lastimero de algún perro que te quiera con absoluta fidelidad. Un labrador limpiaba un tractor, no me ve porque me señala su espalda. A la derecha me sorprende el nombre de una de las calles o avenida principal, que se llama: Federico García Lorca, dedicada a este universal granadino que fue amigo de Pablo Neruda y le tenía «alergia», según la filósofa veleña María Zambrazo, a Miguel Hernández, el poeta de Perito en lunas. A la mitad de la calle, si la pudiéramos doblarla como un papel, se eleva, a la derecha, amigos, la torre campanario de la iglesia, y frente a la iglesia se abre un anchurón a modo de plaza que es la calle Cervantes, aquí está el Teatro Cervantes o de Chinorlet, que no veo, o tampoco me paré a buscarlo, porque la luz contraria de la torre, balcón de estas tierras, luce altiva, ocre con su reloj que me marca las once y veinte minutos. Aquí las calles están desiertas, pero al primer hombre que me encuentro, me llama la atención el color de su bella piel chocolate, es un hombre parado en la acera y en silencio de pasión que evita mirarme, sin duda es un extranjero de los muchos que habitan nuestro pueblos del Vinalopó, porque mientras ellos buscan el muslo tierno de nuestros pueblos, nosotros buscamos el cuello duero de la ciudades. Las calles tienen nombres de escritores españoles: Unamuno, Valle-Inclán, Azorín…, y otra a don Emilio Castelar, el último presidente de la I República que aunque nació en Cádiz era de Elda. Aparqué el coche frente a un transformador, y me acerqué a la iglesia, cuya puerta cerrada me impedía la entrada al sosiego del espíritu.
Trasteé la puerta por si estaba abierta, que suele pasar, y vi que desde el estanco, junto a la tienda de ultramarinos de los Pérez, situado en frente, salieron tres mujeres que me preguntaron en valenciano que si quería entrar, le dije se que me gustaría verla por dentro, y ellas muy diligentes me abrieron la puerta de madera de dos hojas color pino barnizado. Una vez dentro me sirvieran de estupendas guías. Me llamó la atención la amplitud de la iglesia dedicada a la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, es amplia, grande para tan pocos vecinos que son ahora, antes legaron a haber 434, en 1910, me dijo una de la mujeres, porque de antiguo hubo mucha más población que ahora, la gente joven ha salido a estudiar y se han buscado trabajos que no son la agricultura. A la entrada hay una mesita con la hoja parroquial de los Javerianos, y una estampa de la Madre Paula de Jesús Gil, Fundadora de las Franciscanas, es una monja que nació en Vera (Almería), el 2 de febrero de 1849. Echo unas monedas a un velamen eléctrico para que sirva como limosna. Me dicen que la iglesia se construyó a primeros de este siglo, aunque que la torre se construyó después, más tarde por doña Antoliana, la que está en la lápida de la entrada. Aquí podemos ver una antigua foto de la construcción de la torre.
-¿Le gusta como está...? –me preguntó por la iglesia una de la mujeres, de pelo con cierto tono pelirrojo, es dispuesta, habla valenciano, porque en esta zona es de habla valenciana, pero con tolerancia con bilingüismo, y como se da cuenta de que no lo hablo me pregunta-. ¿Usted entiende el valenciano, no?
-Sí, lo entiendo pero no lo hablo, llevo ya aquí en Alicante más de quince años.
He observando que cuando uno no sabe valenciano lo mejor es no intentar hablarlo con ellos, porque en cuanto te localizan el acento, ellos cambian el registro y no te contestan en valenciano sino es castellano, es la norma de este bilingüismo tolerante de los valencianos del Vinalopó. No como en otras zonas donde o lo hablas o te quedas in entender nada.
Como es Jueves Santos, las mujeres han engalanado el altar, lo han adornado con abundantes flores de muchas variedades y colores: lirios, lavanda, jacintos y floresta menuda que fortalecen la espiritualidad de la Pasión del Señor. Todo reluce, todo está muy limpio, los bancos de madera se ven perfectamente alineados, a la derecha del altar y sobre una especie de mueble cubierto con un sobre mantel blanco y bordado, aparece primorosa, una pequeña imagen de La Piedad. En el altar hay un Corazón de Jesús. Se cuanta en Xinorlet que el primer Corazón de Jesús, lo trajo un señor de Barcelona en 1915, le llamaban cariñosamente “Frasquito”, no al catalán sino al Corazón de Jesús, que era de madera. Cuando llegó la guerra incivil, un vecino llamado el tío Pito se lo llevó y lo enterró para salvarlo de las hordas antirreligiosas de los milicianos. Durante la guerra esta iglesia fue mercado y destruyeron la Virgen del Rosario, querían demostrar que ellos pasaban de religión. Pasada la pesadilla de la contienda trajeron otra talla de Olot, una talla de escayola, porque “Frasquito”, que pesaba mucho para procesionarlo, se quedó en casa del tío Pito y está actualmente en Pinoso. Este Corazón de Jesús actual no es “Frasquito”. Cuenta Encarnación Guardiola que fue con Manolita Amo a la estación del tren de Monóver en un Ford a recoger el Corazón de Jesús que habían comprado en Olot, y con cuanto cuidado lo trajeron a Chinorlet en el asiento de tras sobre sus faldas.
En los muros de las paredes laterales aparecen hornacinas con imágenes de Virgen de los Remedios y del Rosario, y una talla de un santo que hizo un artesano del pueblo. Bajo el altar hay una especie de lápida tapada con un precioso velo o mantilla española de encaje finísimo, bordadas con rosas de color azul marino, que nos trae una sinfonía del aroma de las propias rosas.
A la mujer pelirroja le acaban de llamar Inmaculada, y ésta mujer se acerca a mí para decirme que la mantilla es de ella, y yo, que sé de encajes más que los de Flandes, porque mi madre fue una gran bordadora infatigable de velos en los bastidores, reconozco el trabajo bien hecho, como el de bolillo muy usado aún en Andalucía.
Una de la mujeres es una mozuela de 72, usa gafas, es dispuesta, discreta, y me dice que ha nacido y vivido toda su vida en Xinorlet, y esa seguridad con que lo dice, oculta una alegría que le rodean las mejillas. Yo que soy un nómada, la envidio, envidio a los que no se mueven de sus pueblos de por vida. Le pregunto cómo es su apellido y me responde que es: Leal Albert. Y el apellido de Albert me recuerda al del poeta y escritor alcoyano Juan Gil-Albert. La tercera mujer es rubia de tez clara rosado, una cara de porcelana fina y agradable. Aquí en estos pueblos uno se siente como en su casa, la gente es hospitalaria, tiene ganas de atender al viajero perdido y hambriento de saberes populares, que hay que sacar con mucha discreción. Gentes que no tienen prisas y se explayan en la conversación con minuciosos e interesante detalles que a mí tanto me deleitan y me enriquecen esa parte de investigador que uno lleva dentro grabada como la efigie de una moneda. Inmaculada, estuvo hablado en valenciano de la seriedad de las procesiones en Cartagena, y cuando tiene la atención de dirigirse para mí, lo hace en castellano, y aunque lo entiendo, lo agradezco como un vaso de agua fresca. Luego respondo que tanto en Málaga como en Cartagena las cofradías han estado patrocinadas por militares, y esto se nota, hay organización, seriedad, desfiles y también regocijo. Esta mujer sabe explicarse muy bien, tiene cultura. Al salir de la iglesia me enseñan la casa de fue del cura, cuya puerta está dentro de la iglesia, ahora viene el cura de Monóvar y se llama David, a los curas hace tiempo que le quitaron el don, porque Jesús, que sepamos, tampoco tenía ni don ni Ilustrísima, ni Excelencia.
-Yo tengo un conocido en Xinorlet, le digo a Inmaculada- lleva una página web de la Asociación de los vecinos. “La Bombilla”.
-¿Cómo se llama?
-No lo recuerdo bien, creo es Álvaro, pero no estoy muy seguro, me escribió una vez, hace tiempo e hizo un enlace con mi página de “Singladuras por la comarca del Vinalopó” le prometí que vendría algún día a su pueblo, y hoy me ha tocado. Hace tiempo, años, estuve comiendo aquí, no recuerdo como se llamaba el restaurante.
-Será el Elias…, es de los principales.
-Sí, creo que es el Elias. Recuerdo que una vez vine con unos amigos a comer una paella de Arrós en conill i caragols, con ñora, hecho a la lecha, estaba riquísimo. El propio Elias, un hombre avezado en la gastronomía popular, nos estuvo contando que él tenía los caracoles un par de meses comiendo tomillo para que se purguen...
Al salir de la iglesia me detuve a fotografiar la placa de mármol gris azulón estampada en la fachada de la torre, es una lápida conmemorativa en recuerdo y agradecimiento a la iniciadora de las obras de esta torre campanario, que con su ojo de reloj y sus campanas con remate de cruz en pararrayos, se asoma sobre este pueblo. Las obras se iniciaron un 30 de octubre de 1927, gracias a la voluntad de doña Antoliana Navarro. No sé si se trata de la misma señora doña Antonia Navarro Mira de Novelda, nacida en 1866, podría ser la misma que mandó construir la iglesia de La Romana y la Casa Modernista de Novelda.
Salí de la iglesia del Corazón de Jesús en un estado contemplativo, la contemplación consiste en comprender la voluntad de Dios, ardua empresa. Me despedí de las tres xinorlesas mujeres a las que le guardo un recuerdo de gratitud. Di unas vueltas por las calles vacías de gentes y lleno de poesía urbana, vi a un precioso perro de pelo negro y blanco espiritual de la raza cocker, y también a un gato grande de pelo aleonado, cabezón y sigiloso; animales domésticos, y algunos más inteligentes que las personas, a los que le hice unas fotos. Pasé por la puerta del Restaurante Xinorlet, que es un restaurante con ambiente totalmente rústico que cuenta con tres salas reservadas; y desde aquí a la plaza de San Isidro donde hay unos columpios con jardín infantil de infernales chinorros. Desde aquí se ve el Restaurante Elías pintada la fachada de color rosa alegre, tiene aparcamiento techado, y en los aledaños se acumulan gavillas de sarmientos secos, la llama violácea del sarmiento y de las viejas cepas le dan a las cazuelas y paelleras el justo fuego que necesitan el asar las chuletas de cordero, y, además un toque de horneado a los arroces. Este Restaurante ha sido de siempre un santuario gastronómico donde más que comensales acuden peregrinos a sentarse a la mesa con verdadero sentido de comunión, conscientes de que cada cucharada no se volverá a repetir, cada cucharada está llena de sabores diferentes, de cromatismo y de filosofía, y sobre todo cuando entra con un vino, sea de Culebrón o de alguna cueva oculta particular donde madura el vino con el reposo de la constante temperatura y la mano cariñosa y artesana que cortó la uva, la pisó y la envasó.
Desde el Restaurante Elías, o mejor dicho "sanatario casa de comidas" sale una amplia carretera de cemento hacia una aldea oculta, delatada por su alta torre campanario. Como se veía a tiro de piedra me acerqué hasta allí, se llama Cases del Senyor, (ver foto de los años 60 de Jose María Martínez) o Casa del Señor Duque de Híjar, que era el dueño de esta tierras y fue protector del convento de los capuchinos de Monóvar, cuyo escudo de armas aún se conversa en el dintel de dicho convento. La torre de la iglesia de Cases del Senyor me llevó hasta aparcar cerca de un jardín nuevo, le pregunté a una mujer dónde estaba yo, para entrar en conversación, y me dijo con mímica negativa de su cabeza que no entendía nada, era extranjera. Porque la casa junto a la iglesia que es de un extranjero. Hice unas fotos es la iglesia de nuestra Señora del Remedio que así es como se llama. Cuando hacía las fotos pasó una mujer de cierta edad, con delantal, y me dijo en valenciano que no quería “retrat”, pero respeté su parecer y no se la hice. Aquí existe una Casa Cueva de 150 años de antigüedad que se alquila, tiene dos habitaciones. Tras mi corta visita y mis fotos correspondientes a Cases del Senyor, regresé a Xinorlet que es más pueblo, entré por el camino que llevaba a un Restaurante que se llama La Pinada, que creo ya no funciona y tiene habitaciones, lo llevaba una familia de catalanes. Aquí, en La Pinada, junto al camino hay una especie de alberca seca, una pinada escuálida, y unas casas de fachadas desconchas y abandonadas, las cuales merecieron mi atención plástico-artístico como entelequia de un pasado histórico agrícola.
Luego, tranquilamente y sin ganas salí del pueblo de Xinorlet por el mismo lugar por donde entré, y el hombre, que antes estaba limpiando el tractor seguía en la misma faena, que vuelto de espalada no se apercibió de mi despedida ni siquiera de mi llegada, lo cual es un signo de la tranquila vida sosegada en el trabajo. Tañeron las campanas de las doces que me obligan a doblar la cabeza y a mirar al campanario y recordar a las tres samaritanas, ya lejano, ya sonoro, ya distantes, adiós, hasta pronto...
De Xinorlet fui a Monóvar. He de decir que Xinorlet es un pueblo tranquilo donde la paz tiene su sofá. Aquí he de volver.
Algunos datos y personajes de Xinorlet
Xinorlet tuvo su máximo esplendor en el año 1910 cuando llegó a un censo 434 habitantes de hecho. En la actualidad hay censadas unas 150 personas, que en época estival se duplica. Hay una ruta ecológica del Xirivell, un recorrido perimetral por el campo pasando por casa del Xirivel, de donde toma su nombre la ruta. Si leemos la descripción de la ruta en su página web de la Asociación de Vecinos, nos informaremos de la historia, de la flora y de los caminos consagrados a la tranquilidad y al paisaje de esta zona paradisíaca, hasta llegar a un embalse que le llaman el pantano. También podemos leer la historia de la Ruta de Chirivel cuyo autor en José Manuel Mateo Grao.
En Xinorlet hubo un famoso maestro que se llama don José Picó que nació en Pinoso el 19 de enero de 1917. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Magisterio de Alicante, graduándose en 1936 con el número 1, y comenzó sus prácticas en el Chinorlet, hasta que fue movilizado en 1937, y destinado al futuro frente de Teruel, hasta el final de la guerra civil. En 1939 se reintegra como maestro a la escuela de Chinorlet, y en 1945 gana las oposiciones y se traslada a Cañada del Trigo, con plaza en propiedad, donde estaría 30 años. Ahora, en 2002, el alcalde de Pinoso le concedió el escudo de oro de la villa.
La actriz y periodista que fue del Canal 9 Pilar Algarra nacíó en Xinorlet 1964, trabajó como actriz en el montaje de Pinocho, de Bambalina Titelles. Dirigió la obra La vida de un acto en el Paraninfo de la Universidad de Alicante y en París.
MONFORTE DEL CID Y ORITO
Por Ramón Fernández Palmeral
El Anís Tenis se fabrica en Monforte del Cid. Es una empresa fasmilair con una larga historia, fundada en 1921, que se dedica a la elaboración de anises y licores. El Anís Tenis es conocido por ser una bebida muy popular en la Comunidad Valenciana y en otras regiones de España por su bebida en palomita (Agua fría con anís y se poen blanco), también en otro países como Francia…
Elaboración y Características:
Proceso artesanal:
El Anís Tenis se elabora mediante la destilación en alambique de anís y otras hierva aromáticas como el cantueso y la mezcla con agua en proporciones específicas para obtener el sabor y la graduación alcohólica deseados.
Calidad:
Se utiliza anís de alta calidad para asegurar un sabor auténtico y un producto final de calidad.
Presentación:
El Anís Tenis se presenta en botellas de cristal con forma hexagonal.
Variedad:
Además del anís seco, Anís Tenis también ofrece otras variedades como el Anís Tenis Limón, naranja, ginebra.
Historia y Origen:
Fundación: La empresa fue fundada en Monforte del Cid por Francisco Limiñana Belda y Antonio Botella Limiñana.
Tradición: Anís Tenis lleva más de 100 años elaborando anises y licores.
Arraigo territorial: La empresa tiene un fuerte arraigo en la provincia de Alicante y patrocina eventos y fiestas locales.